Efectos colaterales de la frustración que puede provocar tener que conformarse con una sola vida:
- Emborracharse, drogarse y vivir la vida al límite.
- Hacer puenting, rafting,bungee jumping o cualquier otra cosa que termine en -ing.
- Dar la vuelta al mundo (esto sólo para ricos)
- Creer en la reencarnación.
- Crear un blog que permita ser protagonistas de muchas otras vidas.
Cabezas de Ajo optó hace años por esta última opción. Lo cual no tiene por qué excluir alguna de las anteriores.



martes, 17 de mayo de 2016

PRIMER PREMIO DE MICRORRELATO 2016 RIBEIRASACRA-CONCELLO DE PARADA DE SIL

Cabezas de Ajo vuelve a estar de celebración. No hace mucho festejábamos un segundo premio de relato corto y aquí estamos de nuevo para comunicaros nuestra alegría por la obtención de un primer premio de microrrelato. 

http://www.farodevigo.es/portada-ourense/2016/04/01/maria-cabezas-ruiz-madrid-ganadora/1433046.html

Máximo 200 palabras. Tema libre. María presenta "Amor en las antípodas" y ¡tachán! El 14 de mayo (a pesar de la niebla, las seis horas de viaje y la familia de jabalíes que se nos cruza por la carretera) Cabezas de Ajo consigue llegar al municipio de Parada de Sil para recoger su "primer primer premio".

Aquí os dejamos una composición fotográfica del día tan especial que vivimos y el microrrelato ganador. Y para el que no conozca los Cañones del Sil y alrededores os animamos a visitarlo, merece la pena. 



AMOR EN LAS ANTÍPODAS

A pesar de que todas las letras del alfabeto se interponían entre ellas, la a y la zeta se vieron envueltas, sin quererlo ni buscarlo, en el baile acompasado del amor. La a, alma de líder, se quedó hechizada por la timidez innata de la zeta. La buscó incesante por los ríos de palabras, por las sílabas cadenciosas. Se supieron cerca en los campos de arroz, en la zozobra de los navíos o en el fuerte olor del almizcle, pero deseaban tocarse, sentirse cerca. Y por fin se juntaron en el azul del cielo, en el vuelo del azor. Se amaron furtivamente entre las zarzas, en el agua cristalina de las pozasGozaron del momento fugaz, de la danza de seducción hasta darse caza extenuadas. A tanto llegó su pasión que quisieron saltarse las reglas, buscándose inútilmente en las azequias, en el correr de las gazelas o en el sabor de las azeitunas; pero una tal RAE las castigó severamente.
Todavía hoy los censores las sancionan cuando dan rienda suelta a su exaltación, cuando traspasan muros infranqueables. Pero ellas sonríen, saben que su amor perdurará en el más eterno de los abrazos, en lo más hondo del corazón.




Agradecer desde aquí a los miembros del jurado y al Concello por elegir mi microrrelato, por dejarme leerlo y dedicarlo a toda la gente que me quiere. Ellos saben quién son. María