tag:blogger.com,1999:blog-24974875287449382822024-03-21T20:29:03.523+01:00cabezas de ajoCabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comBlogger94125tag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-14913324129656103902023-11-11T16:49:00.003+01:002023-12-10T13:21:25.764+01:00La confesión de Pedro Herrera<p> </p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: right;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Por Marta</span></p></blockquote></blockquote><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Fue la
suerte la que quiso que yo entrara a trabajar como vigilante del Museo del
Prado después de varios trabajos precarios. Fue, sin embargo, el destino el que
quiso que en la sala en la que yo desempeñaba mi labor hubiera un cuadro de Álvaro
Melquiza. Llegué a casa emocionado, pero no pude compartir mi entusiasmo con mi
padre. Bueno, lo compartí y quizás sonreía con los ojos. Hacía tiempo que había
dejado de fingir y restar importancia a sus olvidos como las primeras veces.
Hacía tiempo que su expresión era la de un extraño. Un extraño al que yo ponía
el plato en la mesa y acercaba a la boca la cuchara de puré. Cada mañana me
lamentaba por su penoso estado. Todo el día encerrado en casa mientras yo
trabajaba, con la televisión puesta pero con la mente en el vacío. Un vacío
injusto para la persona que me había dado todo, que me había proporcionado una
infancia feliz y que me había sacado adelante supliendo las veces de una madre
que nos abandonó cuando yo era un bebé y a la que no recuerdo. Si por lo menos
pudiera darle ahora un digno final, pensaba yo, pasar horas con él aunque
fueran en silencio, o contándole historias del pueblo, las que él tantas veces
me había contado. Pero si quería que comiéramos y vivir tenía que trabajar y
los trabajos a los que podía acceder ocupaban la mayor parte del día.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Nos vinimos
a vivir a Madrid cuando yo tenía trece años. El trabajo en el pueblo escaseaba
y por medio de un conocido mi padre consiguió trabajo de ayudante en un taller.
No debió de ser fácil para él aguantar mis llantos en el asiento trasero del
coche. Valdemonte era mi vida, y lo cierto es que para él también.
Probablemente aquella decisión fue la más dura que jamás tomó, alejarse de su
pueblo, de su gente. Pero él solo deseaba un futuro para mi sin demasiadas
estrecheces, el futuro que él no había tenido. Y el que, a la postre, y a pesar
de dejarse la piel, yo tampoco estaba teniendo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Don Álvaro
Melquiza era el rico del pueblo. Dicho de otra manera el descendiente de un
linaje noble que habitaba en la mansión más impresionante que nadie en un
pueblo como Valdemonte podía imaginar. Mi padre, Damián Herrera había trabajado
durante años de jardinero para los Melquiza. Es posible que todas las riquezas
de los habitantes de Valdemonte sumadas no fueran más que una pequeña parte de
todos los bienes de los Melquiza. Sin embargo, según mi padre, el señor
Melquiza era una persona excelente. Siempre me contaba que todo el pueblo los odiaba
por pura envidia y que por eso nunca oiría jamás hablar bien de ellos. Ellos
eran dos, Álvaro y su mujer Mariana. La historia de los Melquiza era una
historia dramática, de esas que te hace pensar que efectivamente el dinero no
hace la felicidad. Al parecer el matrimonio nunca salía de su mansión y de su
finca. Eran despreciados en cualquier lugar del pueblo así que poco a poco cada
vez más se fueron recluyendo. Dicen las historias que Álvaro se refugió en la
pintura, al parecer tenía muy buena mano y talento para los pinceles. Mariana,
sin embargo, enloqueció después de años en soledad y de múltiples intentos en
vano para tener hijos. Vagaba por la casa y dicen las malas lenguas que no la
sostenía ni un ápice de razón. El destino fue cruel con los dos. Mariana se
lanzó al abismo desde la ventana del último piso y un par de años más tarde,
cuando estalló la guerra, Álvaro murió acuchillado al intentar defenderse de un
par de ladronzuelos que entraron en su casa para robar alguna pieza de valor. Murieron
sin descendencia, tan solo Álvaro tenía una hermana que fue quién heredó todas
sus posesiones. La hermana, casada y con un par de retoños vivía a cientos de
kilómetros de allí y acudió al funeral de su hermano. Acto seguido organizó un
mercadillo en el que malvendió todas las posesiones y enseres y colocó el
cartel de “Se vende” en la verja de la finca de Valdemonte. Era el año 1936,
más valía pájaro en mano.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Todas estas
historias me las había contado mi padre durante años. Yo de pequeño me había colado
con mi pandilla en el interior de los límites de la mansión que por aquella
época, a falta de un comprador empezaba a parecer un palacio en ruinas. Para mí
era un lugar cargado de misterio y de secretos. Por eso cuando vi de lejos el
cartel del cuadro en el museo tuve que acercarme para comprobar y leer dos
veces que efectivamente se trataba de lo que la leyenda rezaba “Retrato de
Mariana, señora de Melquiza” por Álvaro Melquiza, óleo sobre tabla, Valdemonte,
Mayo de 1933. Por lo visto aquel cuadro, vendido al peor postor en aquel
rastrillo precipitado había llegado a parar hasta allí. Era una auténtica obra
de arte. Y, como tal, yo me deleitaba observándolo todos los días. Quizás no
sea objetivo, pero los sutiles trazos componían un rostro bello pero con una expresión
de infinita tristeza. En los ojos de Mariana se podía leer su vida, incluso su desdichado
final. Cuando lo veía pensaba en mi madre. En esa madre a la que nunca conocí.
Pensaba si estaría viva o muerta, si se parecerían sus ojos a los de Mariana, y
mirando esos ojos acuosos, que reflejaban la luz de la estancia, también
pensaba si Mariana hubiera sido una buena madre para mí, una madre que ansiaba
un hijo para un niño huérfano de ella. Mi corazón estaba ya duro como una piedra
y estos pensamientos no me conmovían, el tiempo me había curtido. Día tras día
regresaba a casa. Preparaba el puré para mi padre y le contaba mis novedades
como el que se las cuenta a una pared. El médico me decía que mantuviera estas
rutinas, que no dejara de hablarle, que mi padre seguía ahí, y yo, al fin y al
cabo, quería creerle.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">El veinte
de diciembre de 1980 mi vida cambió para siempre. Ya llevaba unos meses
trabajando en el museo. Terminé a mediodía apresurado para llegar a casa con el
tiempo justo de comer algo, dar de comer a mi padre y volver al trabajo. A la
salida del museo de repente un extraño se me acercó, parecía ido, borracho, y
tenía un discurso ininteligible. Olía mal. Aceleré el paso pero él se aproximó
a mi y me zarandeó. En el caótico discurso distinguí dos palabras que me
pusieron en alerta: “Melquiza” y “reverso”. Me paré pero todo el discurso era
un completo desvarío. Insistía hablando del “reverso del cuadro”. Yo me quedé
sin saber qué decir y lo que sucedió de ahí en adelante lo recuerdo como en una
nebulosa por los nervios del momento. El hombre se desplomó y quedó
inconsciente a mi lado. Las sirenas de las ambulancias que se lo llevaban son
el siguiente recuerdo que tengo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Pasaron los
días y el mal sabor de boca por aquel acontecimiento teñía mi rutina diaria.
Además el caso salió en la prensa, fotografías incluidas conmigo presente, ya
que al parecer el hombre, que finalmente falleció al poco de llegar al hospital,
era el ex marido de una adinerada empresaria.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Cambié de puerta de salida del museo para no recordar la escena pero
bien es verdad que el discurso de aquel hombre no dejaba de rondar en mi
cabeza. No parecía pura casualidad que alguien viniera a intentar transmitirme algo
sobre un cuadro que formaba parte de alguna manera de la historia de mi vida. Mi
padre seguía habitando otros mundos pero cuando le hablé de los Melquiza de
nuevo su expresión pareció tornarse en un interés súbito que tampoco supe
interpretar. Días después decidí pedir una cita con el personal del museo.
Necesitaba que algún conservador del museo examinase el reverso del cuadro.
Quizás no fuera nada, quizás sí, pero yo no podía vivir con el peso de esa
incertidumbre de ahí en adelante.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">La noche
del día que pedí la cita con la conservadora recibí una llamada de teléfono a
casa. Era una voz dulce de mujer, y quizás por ello, seguí sus indicaciones y
en menos de media hora estábamos sentados frente a frente en un antro de mi
barrio. No sé por qué lo hice, fue puro instinto y quizás, porque no decirlo,
atrevimiento e inconsciencia. La mujer me dijo por teléfono que me daría las
respuestas que estaba buscando. Y efectivamente fue así.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Era alta,
elegante, vestida con un traje de chaqueta y unas gafas oscuras. Fumaba un
cigarrillo detrás de otro. Me dijo que era Alicia Uclés. Reconocí el nombre del
recorte de prensa, era la empresaria ex mujer del tipo que me abordó. Después
carraspeó y añadió, Uclés Melquiza. Debí de quedarme blanco, pero ella no
esperó a que hablara, ni siquiera a que me recobrase para continuar. Su ex
marido, trató de vengarse de ella transmitiéndome una información crucial. Sé
que no eres tonto, no supe exactamente por qué lo sabía, pero acepté su
afirmación. Sé que tirando del hilo llegarás a encontrar todo lo que hay que
saber. Pero voy a ahorrarte tiempo. Yo misma te lo contaré, me dijo. La primera
parte de la historia no distaba mucho de los que mi padre tantas veces me había
contado. Cuando llegó a la parte de la muerte de Álvaro Melquiza confesó ser su
sobrina, hija de aquella única hermana heredera. No lograba entender qué tenía
eso que ver con el reverso del cuadro, pero ella misma me lo aclaró. Mariana
Melquiza sí había conseguido quedarse embarazada y tener un bebé. Álvaro
transmitió a su hermana las buenas noticias por carta, pero al parecer a los
pocos meses el estado de Mariana era tan lamentable que no se podía hacer cargo
del bebé, de hecho en ocasiones puso en serio peligro su vida. Con todo el
dolor de su corazón Álvaro Melquiza se deshizo del niño, de su propio hijo, una
fría mañana lo abandonó en la puerta de un convento. De ahí en adelante la
historia es la que yo ya sabía; Mariana perdió la poca cordura que le quedaba y
Álvaro se refugió en la pintura. En ese tiempo, antes de sus trágicas muertes,
Álvaro pintó un cuadro en el reverso de uno de los que ya había pintado. Era el
retrato de Mariana con su recién nacido en brazos. Dio la vuelta a la tabla y
pintó a su mujer en la misma postura, pero sin el bebé, con la mirada perdida,
con la tristeza encerrada en sus ojos. La tabla quedó olvidada en un rincón
hasta los días en que la hermana de Álvaro acudió al funeral y organizó el
mercadillo. Fue entonces cuando ella misma, conocedora de la historia, pintó a brochazos
negros el reverso del cuadro con el retrato inicial, tapando el retrato de
Mariana y su bebé. La historia se escribe de manera muy simple, si alguien se
enteraba de que había un heredero toda la fortuna iría parar a ese niño
desconocido en lugar de a ella. Así que cubrió de negro la única prueba de que
en esa casa algún día hubo un bebé. Te soy sincera, me dijo Alicia, no he
venido para llorarte ni para pedirte que nos comprendas. He venido para comprar
tu silencio. Tú pones el precio. Entonces me extendió una libreta en blanco y
un bolígrafo. No lo dudé, supe que el destino había puesto esta oportunidad en
mi camino por algo. Escribí un número muy alto. El más alto que en aquel
momento mi raciocinio estimó que aquella mujer sería capaz de darme. Ella se
guardó el papel y se encendió un cigarrillo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Ahora estoy
muriéndome, sé que me quedan días, tal vez horas. Quizás seas tú, lector, el que lea
esta confesión, el que saque a la luz la historia de los Melquiza, el que
busque a su verdadero heredero, si es que aún vive. Me parecerá lo correcto. Yo no
fui capaz, lo sé, mi corazón era ya una piedra. Cuando aquella mujer me pasó la
libreta en blanco, de alguna manera, pensé que era yo el que podía adoptar a
Mariana Melquiza como madre. Yo podía disfrutar desde ese momento de parte de
su herencia. Por qué no. Mi padre y yo merecíamos una vida mejor. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 200%;"><o:p> </o:p></span></p><br /><p></p>Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-55392094625844904972023-05-01T11:59:00.002+02:002023-05-01T11:59:36.725+02:00Apuntes de etología básica<p style="text-align: right;"><span style="font-family: "Courier New"; text-align: justify;">Por Marta</span></p><p><br /></p><p class="Pa6" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; mso-ansi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Esta historia tiene
cuatro protagonistas. Martina, Jorge, el pájaro pergolero y la pájara
pergolera. Bueno y yo, que sería el quinto, que soy el narrador, un bicho raro
de narrador, políticamente incorrecto como nunca debiera serlo un narrador y
nada imparcial, lo que me convierte algo así como en otro personaje más, según
dirían los manuales de escritura creativa.</span></span><span style="color: black; font-family: "Courier New";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="Pa7" style="text-align: justify; text-indent: 28.0pt;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; mso-ansi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">El
pájaro pergolero vive en un luminoso bosque de Papúa Nueva Guinea. La pájara
pergolera tres árboles más allá. Martina vive en Aluche en la zona de
Campamento. Jorge tres barrios más allá, en Pozuelo. Bastante cerca pero
bastante lejos, como apostillaría mi cuñado en la sobremesa de cualquier
domingo porque él, como todos los cuñados del mundo, todo lo sabe y todo lo
apostilla. </span></span><span style="color: black; font-family: "Courier New";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="Pa7" style="text-align: justify; text-indent: 28.0pt;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; mso-ansi-font-size: 12.0pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Martina
es jodidamente perfecta. No voy a detenerme en describir a alguien así porque
la perfección es relativa, para unos alta, para otros, morena, para unos
misteriosa, para otros, extrovertida… imagináosla como os plazca, da igual, si
os gustan las rubias pues rubia, con un pelo perfecto, que hasta el moño más
cutre le queda bien. Pero sobre todo es perfecta por dentro y eso ya, me
diréis, es más subjetivo aún. Y tenéis razón, pero es que yo ya os dije que no
soy nada imparcial. Martina es mundialmente perfecta porque para una persona en
el mundo, al menos, lo es.</span></span><span style="color: black; font-family: "Courier New";"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Jorge, que
vive en Pozuelo, no es pijo, y digo esto porque nos conocemos. Y quiero dejar
claro que Jorge es un tío cojonudo que podría vivir en Pozuelo, en Cincinnati o
en Río de Janeiro. A Jorge lo que le pasa es que es un ser humano y hace cosas
de ser humano. Respirar, comer tres veces al día, equivocarse, cagar. Todo eso
hace Jorge casi a diario. Hay una cosa, sobre todas las cosas que tiene Jorge
que le hacen un poco diferente a los seres humanos y es que jamás, pase lo que
pase, se engaña a sí mismo ni a los demás. Sincero de cojones. No quiere decir
que no tenga tacto o que suelte cualquier cosa impropia que se le pase por la
cabeza. No. Las mentiras piadosas las trabaja como el resto. A él lo que le
pasa es que la sangre le corre por las venas como el agua por las calles cuando
hay una inundación. Esas imágenes que salen en la tele del agua marrón que se
lleva piedras, contenedores, coches. Así es Jorge por dentro. Y eso es jodido,
no nos engañemos, eso es una puta cruz con la que carga y cargará toda su vida.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Y los
pájaros pergoleros, qué decir de ellos. Son la hostia.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Y qué
tendrá que ver Martina, con Jorge y con los pájaros pergoleros de Nueva Guinea,
te estarás preguntando. Podría hablarte metafóricamente y decirte que sus
caminos discurren paralelos bla, bla. Pues no. Lo que pasa es que Jorge es biólogo
y estudió en la Complutense y Martina es su compañera de universidad y son
amigos inseparables desde primero. Los dos hicieron la especialidad de
Ornitología y ambos están haciendo la tesis en el departamento de Etología o
comportamiento animal, para los no entendidos. Y resulta que sus tesis tratan
de la vida, obra y milagros del pájaro pergolero.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Además, y
para centrar aún más el asunto, Martina y Jorge disfrutan de una beca del
Ministerio que incluye una estancia en un centro de investigación del
extranjero y, como estudian el pájaro pergolero, el sueño de todo predoctoral
en su situación es viajar a Papúa Nueva Guinea para ver al pajarraco en su
hábitat. Y así lo hacen. Van en el avión, rumbo Papúa Nueva Guinea y hacen
escala en Doha. Martina enciende el móvil y tiene un mensaje de su novio que le
pregunta si ya han llegado y justo en ese momento Jorge también enciende el
móvil y también tiene un mensaje de su chica, preguntando algo similar y ambos
contestan que sí, que todo bien, que un poco cansados pero que cuando cojan el
siguiente vuelo en unas horas dormirán en el avión.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Después
cogen el avión y, efectivamente, duermen. Pero también hablan, hablan mucho. Y
ven el final de una serie que llevaban viendo semanas y que habían quedado para
ver el final en el viaje. Y se ríen cuando se acuerdan de la salida de campo de
Edafología de tercero que les diluvió y que el profesor no dejaba de dictar
apuntes. Y ven una y otra vez los vídeos de las cámaras instaladas en el bosque
de Papúa y que mañana verán en persona. El equipo del profesor Wang con el que
colaboran se ha encargado de ponerlas y de avisarles cuando fuera a comenzar la
época del cortejo. Y ya están allí. Nerviosos, felices. Por fin va a conocer a
“Pedrito” como han llamado a su pájaro pergolero, al suyo, a ese que llevan
semanas observando. Ese que comenzó tímidamente colocando un palito y después
otro en un claro cualquiera del bosque y que ahora mismo tiene en sus manos
(¿alas?) el futuro de dos estudiantes madrileños.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Cuando
llegan al centro de control en mitad del bosque se quedan impresionados. Por
fuera no es más que una choza camuflada entre las ramas de los árboles. Por
dentro hay más de veinte pantallas y una decena de estudiantes de todas las
partes del mundo se agolpan alrededor de ellas. Su “Pedrito” ha resultado ser
para otros su “Tom”, su “Mike” o su “Freddy”; y ellos… que se creían originales
bautizando a su pájaro como el bueno de Pedro Picapiedra. Pero eso es lo de
menos, la emoción de Martina y Jorge es una emoción compartida por otros tantos
frikis de los pájaros como ellos. Y eso mola, mola mucho, porque igual que a
unos les une cantar un gol, llevar una banderita o cargar con una virgen a
cuestas, a Martina y a Jorge les toca la fibra estar allí. Hablar de plumajes,
de fenotipos o de selección natural con cualquiera que se ponga por delante
durante una semana.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Todas las
pantallas reflejan imágenes de cada una de las más de veinte cámaras que hay
puestas en árboles, suelo y raíles invisibles que colocó el profesor Wang
cuando tuvo, hace semanas, la intuición de que ese pájaro y ese lugar eran los
correctos. Y no se equivocó. El espectáculo que se despliega ante ellos es
impresionante. Hasta para mí, que los pájaros ni fu ni fa. El jodido pájaro
pergolero ha construido una atalaya en mitad del bosque para caerse de culo.
Una especie de cenador a base de ramitas y palos que alcanza una altura
sorprendente para estar hecho solo con un pico del tamaño de mi uña. Pero esto
no es lo mejor, cada pantalla en la pared desvela los detalles de la maravilla
de su creación. La entrada a la pérgola es una alfombra acolchada de pétalos de
flores naranjas, cientos de ellos. A la derecha y a la izquierda de lo que
sería la puerta principal del cenador se levantan dos pilares, a modo de torres
defensivas, hechas de escarabajos, insectos y algo así como luciérnagas. Otra
cámara apunta hacia el interior del cobertizo y en ella se aprecia un círculo
hecho con setas color crema, a su lado una fila de semillas o bellotas
perfectamente dispuestas. En la parte superior, colgando del techo pequeñas
lombrices embadurnadas en la pulpa de alguna fruta exótica. Pedrito se afana
estos últimos días en la construcción, pronto vendrá ella a verlo, a evaluarlo,
a examinarlo. Si le gusta, si elige los genes de Pedrito, se dirigirá a la
parte de detrás del cenador para esperarle…y no me extrañaría que hasta se
pusiera un picardías de satén. Si se queda allí o se va a la pérgola del vecino
sólo depende de él. Si el viento desplaza una hoja o un palito, revolotea
histérico enseguida para colocarlo en su sitio exacto. Estos días está
terminando de construir los detalles más minuciosos de la pérgola. Está
utilizando guijarros, caracolas, vidrios rotos y tapones de botellas de
plástico que los cerdos de los humanos le hemos regalado. Y sí, en el centro de
la pérgola y a modo de altar hay un objeto, como una ofrenda, que acapara todas
las miradas. Un objeto que Pedrito luchó por conseguir y que quizás incline la
balanza a su favor en la elección de la hembra: una lata de Coca-Cola. Una puta
lata de Coca- Cola.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Han pasado
cinco días desde que Martina y Jorge están allí. En ese paraíso sin conexión.
Sin dobles sentidos, el wifi llega con el viento, como las nubes, una vez al
día si hay suerte. Cinco días intensos que parecen diez; tomando notas,
observando detalles,</span></span> <span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">intercambiando opiniones con el
profesor Wang. Llegan a sus cabañas por las tardes reventados después de andar
diez kilómetros desde el centro de control. Las cabañas están al pie de la
playa y por las noches Jorge prepara una infusión y se la toman viendo el mar.
Bueno, imaginan que es el mar porque la luna no está de su parte y solo ven un
enorme vacío negro. Pero huele a mar. Y los días lluviosos están a punto de
llegar y con ellos el día grande del cortejo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En una mala
época, cuando algo malo sucede, uno piensa “todo pasará”, sin embargo, qué poco
pensamos en que esa frase se aplicará con la misma rotundidad cuando los
vientos son favorables. Y el viento, precisamente, trajo el olor a humedad casi
al mismo tiempo que la llamada del profesor Wang rompía el silencio de la
noche. Se ponen en camino de inmediato, parece ser que hoy va ser el día
señalado. Amanecer y fina lluvia, el momento adecuado.
Pedrito lleva unas horas posado en una rama alta. Divisando su obra, cantando
su reclamo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Martina y
Jorge apresuran sus pasos y cuando llegan al centro de control les actualizan
la situación. Pedrito ha acelerado su canto y a la vez se oyen en la lejanía
los cantos de otros machos pergoleros. Al parecer hay una hembra por la zona y
está yendo de chiringuito en chiringuito a ver cuál cumple con las
características idóneas para comprometer su descendencia, vamos, que está
buscando al que más le pone.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">La lluvia
ha cesado y Pedrito baja hacia la pérgola con un piar frenético. De repente
asoma la cabeza emplumada una hembra que se acaba de posar en lo alto de una
rama. Allí está. Sin quitar ojo, sin que se le escape un detalle. El pergolero
ahora se hace un poco el distraído y empieza a entonar unos silbidos que dejan
la boca abierta a los becarios detrás de las pantallas. El profesor Wang
sonríe, no es la primera vez que escucha la maravilla que viene a continuación,
Pedrito imita el sonido de una especie de serpientes de cascabel, de las ramas
agitadas por el viento e incluso el sonido de taladoras de árboles (aquí otra
vez los humanos dando lo mejor). Después con un canto rítmico y suave atrae a
la hembra que se decide a bajar y a inspeccionar la zona.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Pedrito se
desplaza a su alrededor con un baile que ya me hubiera gustado a mi con
dieciocho años. La hembra investiga los pétalos, las semillas, las nueces
dispuestas simétricamente en el suelo. Y finalmente, cuando los pulmones de
Pedrito deben estar a punto de estallar, se hace el silencio. La pájara
atraviesa la pérgola y pica tímidamente una lombriz de la fruta que Pedrito
había colgado estratégicamente. No parece tonta, es de agradecer que una
maratón de sexo no te pille con el estómago vacío. Y aquí es cuando las cámaras
se deberían haber fundido en negro para dejar cierta intimidad a la nueva
parejita. Pero no. La ciencia no entiende de discreción. Los chavales aplauden,
silban, detrás de las pantallas en el centro de control, el éxito es de Pedrito
y un poco de todos ellos. Martina y Jorge se abrazan, están emocionados,
sudando, tienen material más que suficiente para terminar sus tesis. El abrazo
se alarga en mitad del jolgorio y se miran a los ojos y ven lo de siempre, o
quizás algo diferente, ahora mismo no lo saben.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="A5"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Jorge se
despide de la gente y emprende el rumbo a la cabaña. Martina se queda más atrás
porque tiene que terminar de concretar datos con el profesor Wang. Mañana se
van de Nueva Guinea. Jorge camina con rapidez, está nervioso. En su interior
nota algo que conoce bien, algo que no puede acallar. Llega a la cabaña y comienza
a hacer la maleta. Podría estar haciendo la maleta o cualquier otra cosa porque
no puede pensar en nada. Al cabo de un rato llega Martina, abre la puerta de la
cabaña y no ve a Jorge. Sale por la puerta trasera hacia la zona que da a la
playa. Lo ve a lejos, sentado en la orilla, con una cerveza en la mano. Se
acerca lentamente, porque Martina, no solo no es tonta sino que además es
perfecta. Algo ha pasado en Jorge y, quizás, algo pasa en ella. Y se acerca
despacio, observando, examinando, no hay pétalos en el suelo, no hay torres de
insectos, ni lombrices colgando, pero Martina sigue caminando lentamente por la
pérgola que ha sido su amistad todos estos años. Y entonces llega a donde está
Jorge, que como ya lo conocemos, sabemos que es sincero de cojones. Y un
torrente de agua, como en las inundaciones, comienza a brotar de su boca arrastrando piedras, coches y contenedores. Arrastrándolo todo. </span></span></p>Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-34903591734617261882023-03-01T20:25:00.002+01:002023-03-01T20:25:19.951+01:00Dos microrrelatos de ajo<p> </p><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Courier New";">Melodía de puntos
suspensivos<o:p></o:p></span></b></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Courier New";">Por María<o:p></o:p></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Courier New";"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Miro
el vello de tus dedos remover la cucharilla en el café ¿Alguna vez me gustaron
tus dedos? ¿Qué tipo de información genética hace que pueda crecer en ese punto
exacto de tus falanges un conjunto de pelo salvaje y no en el milímetro de piel
contiguo? El mundo me resulta incomprensible, como nuestro matrimonio ¿Qué
hiciste con la varita? ¿Dónde dejaste el conejo y la chistera? Es lo que tiene
la magia, las cosas desaparecen dejándonos cara de tontos. En el pasillo las
niñas se pelean, otra vez. Lees algo en el móvil y tu risa me perfora. Vives
ajeno, conduciendo tu diligencia, pacífico, ignorante de las autopistas que me
desbordan. Me preguntas si comemos el sábado con tus padres. Yo sigo boqueando
en el salón. Vaciaría una a una por el sumidero tu colección de ginebras. Me
arrastro como un gusano hacia el sofá y, de repente, lo vuelves a hacer.
Inexplicablemente te has lanzado hacía mí para hacerme el boca a boca,
otorgándome el ansiado oxígeno.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">A
lo lejos la lavadora centrifuga al son de nuestra melodía de puntos
suspensivos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: "Courier New";">Perdida<o:p></o:p></span></b></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Courier New";">Por Marta<o:p></o:p></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Courier New";"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">¿Por
qué nuestros glóbulos rojos no tienen núcleo? Te has despertado en mitad de la
noche con esa pregunta en tu cabeza. A Google no le importa que le preguntes a
las tres de la madrugada, pero prefieres hacerte un ovillo en la cama. Lo
habrán perdido, te dices. Como tú de pequeña, que te perdiste en el mercadillo.
Te paraste a mirar un puesto y cuando volviste te cogiste por error de la mano
de una mujer que no era tu madre. Ahora, desde tu ovillo, recuerdas perfectamente
los ojos de la mujer que te encontraste cuando miraste hacia arriba. Te miraban
con una esperanza contenida cuando ella te dijo ¿quieres ser mi hija? No
supiste qué responder. Temías defraudarla. Te quedaste unos segundos
paralizada, agarrada fuerte a su mano, y luego saliste corriendo. Una de tantas
veces. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">No
habías vuelto a acordarte de aquella mujer, ¿se acordará ella de ti? ¿habrá
tenido hijos o fuiste tú la única hija a la que de verdad deseó? Tu madre, la
que aparece en tu libro de familia, seguro que no lo recordaría si viviese.
Para ella fue una simple anécdota entre fruta, camisetas y verduras una mañana
de mercadillo. ¿Y si la vas a buscar? Te acuerdas de sus ojos, podrías
encontrarla. Démonos una segunda oportunidad, le dirías.<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-40278813276503735882023-02-19T20:05:00.000+01:002023-02-19T20:05:37.759+01:00Mudanza<p> </p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Courier New";">Por Marta<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Mis
abuelos han pagado la mudanza. Siempre que mis abuelos nos pagan algo mi abuelo
saca una pluma dorada que lleva en el bolsillo de la camisa. Como casi siempre
mi abuelo lleva jersey tiene que hacer contorsiones raras con los brazos para
sacar la pluma porque una vez que metió la mano por el cuello del jersey la
abuela le dijo que no hiciera eso, que el cuello se daba de sí. Luego coge una
especie de bloc de notas que tiene guardado en la mesilla y escribe cosas. Pone
el nombre de mi madre y debajo el dinero que mi madre le dice que necesita. Es
la tercera vez en este año que hemos ido a por una hoja del bloc de notas del
abuelo, que me ha dicho mi madre que es como dinero. Las tres veces hemos ido a
casa de los abuelos solamente a eso. No nos hemos quedado a merendar, ni a
jugar con un perro que tienen. Y eso que estábamos cansados porque por lo menos
hay una hora en coche. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Cuando
hemos vuelto hemos dejado el coche en la plaza de garaje de Ana, que es la
amiga de mamá que nos deja el coche a veces, cuando lo necesitamos. Hemos
sacado la bolsa de viaje del maletero y, como Ana no estaba en casa, mi madre
ha echado las llaves de su coche en el buzón en el que ponía su nombre. También
le ha dejado una notita en el que ha puesto GRACIAS y me ha dicho que dibujara
algo y yo he dibujado un sol sonriente. Hemos salido a la calle y mi madre me
ha dicho que, a partir de ahora éste, el barrio de Ana, va a ser nuestro barrio.
A mí me gusta. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Como
mañana es la mudanza de momento no tenemos nada en nuestra casa así que mi
madre me ha dicho que podíamos pasear o ir al parque. Pero yo le he dicho que
prefería ir a conocer nuestra nueva casa. Así que hemos caminado bastante rápido,
aunque mi madre cargaba con la bolsa de viaje. Hemos recorrido una calle larga
y principal que tenía muchas tiendas. Mi madre se ha parado delante de una
floristería y me ha dicho que eligiera una planta. Que la íbamos a poner en
nuestra nueva casa para inaugurarla. Yo he elegido una con unas flores rosas grandes.
También me ha gustado mucho la maceta verde pero mi madre le ha dicho a la de
la tienda que la maceta no la queríamos, sólo la planta; y la ha sacado y nos
la hemos llevado con su maceta de plástico marrón. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Hemos
callejeado por unas cuantas bocacalles, mi madre cargando la bolsa y yo la
planta, y hemos llegado por fin a nuestro portal. Es el número ocho, mi número
favorito. Justo enfrente del portal había un señor tirado en el suelo encima de
una manta. Estaba descalzo, con los pies muy negros. Hemos subido por unas
escaleras estrechitas. Es un piso quinto y no tiene ascensor. Las escaleras
crujen y a mi me gusta ese sonido. Según subíamos yo iba mirando por el hueco
de las escaleras y los cubos de basura en la planta baja se iban haciendo cada
vez más pequeños. Cuando hemos llegado a la puerta, antes de abrir, mi madre me
ha dicho que la casa era muy pequeña, que no era como la casa en la que
vivíamos antes ni como la de los abuelos. Yo le he dicho que a mi no me
importaba. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Es
una casa diminuta. La cocina y el salón están juntos y solamente hay una
habitación con una cama grande en la que, de momento, vamos a dormir los dos.
Hasta ahora solo hemos dormido juntos si estaba malito, o si mi mamá venía a mi
cama en mitad de la noche porque tenía miedo. Pero ahora me encanta la idea de
dormir con ella siempre, sin que haya ningún motivo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Mañana
viene el camión de la mudanza a las 7 así que mi madre ha dicho que teníamos
que cenar y acostarnos muy temprano porque mañana va a ser un día duro. Hemos
colocado la planta de flores rosas en la mesita que hay en el salón. Es lo
único que hay, además de dos sillas y un sofá que tiene la piel muy gastada en
la zona de los brazos. No hay nada más en toda la habitación de momento. Hemos
cenado un par de bocadillos que mi madre ha sacado de la bolsa de viaje, de
tortilla francesa, que son mis favoritos. Luego ha sacado nuestros pijamas, los
cepillos de dientes y unas sábanas que hemos puesto en la cama. En el fondo de
la bolsa de viaje había un pequeño aparato, parecido a un móvil con un piloto
rojo intermitente, que mi madre ha sacado y ha dejado en la mesilla. Me ha
dicho que no lo toque jamás, pase lo que pase. Pero que si suena y ella no lo
escucha porque está en la ducha, por ejemplo, que la avise de inmediato. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Después
mamá ha abierto la ventana porque hace mucho calor. Yo me he asomado y abajo en
la calle he visto al señor de los pies negros. Ahora estaba de pie, hablando
solo y gesticulando de un lado a otro de la calle. Nos hemos metido en la cama,
pero sin taparnos. Por la ventana entran muchos ruidos de la calle. Se oyen
voces, coches, sonidos de ambulancias lejanas. El señor de la calle ha empezado
a gritar hasta que alguien desde una ventana le ha dicho: cállate, borracho. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Mamá me ha contado un cuento inventado que son
los que más me gustan. Aunque hacía muchísimo calor, y yo estaba asfixiado, mi
madre me ha abrazado muy fuerte y yo no he dicho nada. Luego ha pasado algo que
nunca antes había pasado, mi madre se ha quedado dormida antes de terminar el
cuento y antes de que yo me durmiera. No la he despertado porque parecía muy
cansada y porque mañana va a ser un día duro. Me he quedado mirando al techo,
contento en nuestra nueva casa. En la oscuridad de la noche sólo se reflejaba el
resplandor rojo de la luz intermitente. <o:p></o:p></span></p>Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-3330490729916702802022-10-30T10:46:00.000+01:002022-10-30T10:46:30.384+01:00La vieja Chan - Un cuento zen.<p style="text-align: right;"> <span style="font-family: "Courier New"; text-align: justify;">por Marta</span></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">El
pueblo vio llegar a la vieja Chan hace años. Ya era una anciana cuando llegó y
se instaló en la casucha de las afueras, cerca del bosque. Era un chamizo
abandonado al pie del camino. Nadie querría vivir ahí. El pueblo sabe que en el
bosque hay oscuridad y en los caminos acechan peligros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">A
ojos de todos los vecinos la vieja Chan vivía casi en la indigencia. Fue
arreglando la casucha con sus propias manos. Unas maderas que recogía de aquí y
de allá.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Nadie
visitó nunca la casa de la vieja Chan. La gente del pueblo veía a lo lejos cómo
los viajeros del camino y las criaturas del bosque entraban en su chabola.
Pensaban que la vieja vendía su cuerpo, o algo peor, que vendía su alma a cambio
de unas monedas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">La
anciana no se acercaba al pueblo. Lo miraba desde lo lejos como el que mira a
un desierto. No compraba comida. Cultivaba semillas en un trozo de tierra y
recolectaba de cuclillas los brotes tiernos y algún tubérculo. En verano cogía frutas
del bosque. En invierno quemaba leña. Plantó almendros dulces alrededor de su
cabaña. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">El
pueblo odiaba a la vieja Chan. Los viajeros del camino ya no se detenían nunca
a beber cerveza o vino caliente en las tabernas del pueblo. Las tabernas ya
solo eran para la gente del pueblo. Gente que no salía del pueblo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">La
primavera había tardado en llegar. Una noche se levantó un terrible viento
huracanado. Las gentes del pueblo escuchaban atemorizados el rugido del aire. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Cuando
amaneció todas las flores de los almendros estaban en el suelo. Un manto blanco
de nieve cubría el terreno alrededor de la casa de la vieja Chan. Nadie supo
entonces que la anciana había muerto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">El
pueblo vio llegar esa mañana gente y más gente desde todos los lugares. Se
arremolinaban alrededor de la casucha de la vieja Chan. El pueblo tuvo miedo.
¿Serían las ánimas de los viajeros que venían a recuperar sus monedas?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Ya
entrada la tarde la multitud era incontable. Ancianos, mujeres, niños, jóvenes.
Gente que durante todos los años había pasado por allí y habían visitado a la
vieja Chan.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Un
hombre del pueblo se armó de valor. Saldré a enfrentarme a la multitud, dijo. Les
preguntaré a qué han venido, qué quieren de nosotros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">La
multitud era abrumadora. Cuando el hombre llegó al borde del camino abriéndose
paso entre ellos preguntó a una mujer embarazada, ¿por qué estáis aquí?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">La
mujer miró al hombre y en sus ojos había una especie de calma, una paz que él
nunca había visto en los ojos de nadie del pueblo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraph" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Venimos por la vieja Chan. Ella nos cambió la vida y el viento
nos ha comunicado su muerte. Qué afortunados vosotros que la tuvisteis tan
cerca. Vosotros, que pudisteis escuchar sus lecciones de vida día tras día. La
vieja Chan era un ser humano único, dichosa sea.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">El
hombre volvió al pueblo con una nausea en el estómago que le apretaba como un
puño. Cuando entró los vecinos le esperaban ansiosos, ávidos de respuestas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraph" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Cerrad todas las puertas- dijo-. Es gente peligrosa.
Mantengamos el pueblo a salvo-.<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-25901135642850422192022-05-05T21:11:00.002+02:002022-05-05T21:11:36.324+02:00Carta a mi diccionario<p style="text-align: right;"> <span style="font-family: "Courier New";">Por Marta</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Maldito
diccionario, te odio. Cuánto daño me has hecho con tus palabras. Cuánto he
amado que tuvieras una exacta para cada momento. Y ahora me siento engañada. Al
final no eres más que un libro…como esos de cocina que hoy había abandonado alguien
en un banco de la calle. Me he fiado de ti porque, por ejemplo, me decías el
verbo “caminar”, me decías “contigo”. O aquella tarde de verano, que soltaste
el imperativo “espérame”, ¿te acuerdas? Qué tonta fui, subió la marea, bajó,
subió, bajó… y allí seguía yo, en tu orilla. Llegaste a pronunciar incluso un
“te necesito” y yo te creí, y lo que es peor, te necesité tanto...Porque las
palabras ocupan dentro de mí tanto como las vísceras. Hay “lo sientos” que cogen
aire, hay “nosotros” que dan chispazos en la piel y hay verbos que son pura
taquicardia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Creí,
ingenua de mí, que esas bellas palabras podían tocarme…juro que algún día hasta
noté sus caricias en la espalda. Pero no, están ancladas a tus páginas con grilletes.
No me acompañan en el devenir de los días. Yo les digo: bajad de la estantería,
venid conmigo a tirar la basura, acompañadme al súper y hacedme feliz mientras
repaso los aditivos en las conservas. Pero ellas no se mueven, me dejan sola,
fría frente al lineal de los congelados. Cubierta de cenizas, boqueando en
mitad de los restos de una hoguera que se consume en el pasillo de los yogures.
Qué crueles esas lindas palabras. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Y
la realidad, después de todo, es que no tengo mucho que reprocharte porque,
quién podría ser tan imbécil como para no darse cuenta de que, un diccionario,
por breve que sea, contiene todo tipo de palabras. Contenías “egoísmo”, cómo no…y
cerca del amor gritabas “amargura”. Como no fui capaz de ver que aquel “contigo”
iba precedido de tanta “cobardía”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Hasta
aquí ha llegado nuestra historia. Podría prometerme no abrirte más, pero nunca
he creído en mis promesas. Tampoco puedo condenarte al fondo de un cajón vacío,
te morirías de frío. Si te escondo bajo candado sería incapaz de tirar la
llave. Sé que lo que voy a hacer no está bien…no está bien visto quemar los
libros. Pero no me queda otra. Esta noche, tus palabras y las mías, arderán en
un fuego eterno.<o:p></o:p></span></p>Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-41160976105558230972022-02-25T20:43:00.001+01:002022-02-25T20:43:10.400+01:00La preferida<p style="text-align: right;">Por Marta</p><p style="text-align: right;"><i>Para una amiga, casi hermana.</i></p><p style="text-align: right;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Mi
brazo rodea por detrás a mi prima Natalia. Y no porque quiera abrazarla a ella
en especial, ni porque necesite asirme a nadie…sencillamente porque es la
persona que tengo al lado y porque en los entierros familiares conviene notar cerca
a quien comparte tu sangre, aunque al día siguiente ya no los veas, aunque no
los llames, aunque odies a su marido o a sus insoportables retoños. Noto su
hombro huesudo por debajo de la camisa…clavículas, hombros, muñecas…de pequeña
los envidiaba. Sus rodillas pétreas, tan bien perfiladas, tan bonitas. Qué
huesuda, Nati, qué pequeña y delicada criatura. Me asomo al hueco de la
sepultura como el que se asoma a un abismo. Me mareo. Bajan el ataúd otro tramo
más y se desequilibra. Bajan con mayor rapidez la parte de los pies de modo que
imagino a mi abuelita dentro encogida, como arrodillada, pegando con las
rodillas en la tapa y me agobia que ya se quede así para toda la eternidad. Me
gustaría parar todo. Abrir la tapa, estirar a mi abuelita. Darle un beso en la
frente. El último. Y continuar con la inexorable bajada. Evito sentir ternura
hacia mi prima Natalia y su osamenta, pero no lo consigo. Jugábamos en el patio
de mi abuela, metidas en un barreño las dos. Los barreños eran grandes y
espaciosos, eran lugares lúdicos. Pero luego no ha cuidado de la abuelita, no
la ha llamado, no la ha visitado. Y yo la he cuidado, la he llamado, la he
visitado. La abuelita lo sabe, yo sé que lo sabe, aunque no me lo diga, aunque
le estén cayendo paladas de tierra encima. A Natalia hay que quererla por sus
huesos, no por sus comportamientos, me digo, me repito. Nos tomamos un café
rápido y nos vamos, que los niños tienen que hacer deberes, que los domingos se
nos acumula todo a última hora. Todos los domingos parece asistir, esta familia
feliz, a entierros que roban tiempo para las tareas. Asiento y nos tomamos un
café. Los niños un refresco y unas patatas fritas. Una bolsa para cada niño, no
son de compartir. Y su marido, su insufrible marido, un café y un bollo, porque
así ya voy cenado. Pago yo, nadie se me adelanta. Me da una tarjeta con su
número de móvil. Es que el teléfono fijo no lo cogemos nunca, tuviste suerte
cuando me llamaste para decirme lo de la abuela. Tuviste suerte tú, pienso. Se
van y apuro el café, y miro la tarjeta, es de papel reciclado, diseño elegante:
Natalia Martín, abogada laboralista. Me he dado cuenta del detalle de que para
repartir la herencia no quiere que la llames al incierto teléfono fijo. La
abuelita tiene testamento. Sois las dos herederas y así, como hubiera querido
la abuelita, se repartirán sus pertenencias. A partes iguales, entre su nieta
huesuda y su nieta rolliza. La abuelita se ha cansado de decirlo estos días en
el hospital. La casa entre las dos, la cuenta del banco entre las dos, en casa
no tengo nada de valor, puedes tirarlo todo…bueno, menos las plantas, llévate
las plantas a tu casa y riégalas, que no se te olvide. La abuelita está
desvariando, solo me suenan un par de pequeñas macetas con unos cactus. No son
cactus. Son crasas, me corrige la abuela. Llamo a los diez días. La abogada
laboralista me cuelga. Pero luego me devuelve la llamada, ahora ya siendo mi
prima Natalia. Pues me pilla mal lo de ir a recoger la casa de la abuela. No te
preocupes. No me preocupo. Vete yendo tú a tirar cosas, a desechar la ropa,
esas cosas. Voy yendo yo a tirar cosas, a desechar ropa, a esas cosas de
muertos. Y se me hace un nudo en la garganta cuando entro y me embriaga el olor
de la casa de la abuelita. Parece que huele todavía a bizcocho. Intento hacer
un cálculo mental de cuantos bizcochos se habrán horneado en esa casa. Mil,
diez mil…¿un millón? No hay más bizcochos. Se acabaron los bizcochos. Ropa.
Bolsas de basura. Revistas. Bolsas de basura. Qué debo quedarme, qué debo
tirar. Recetas de cocina. La pelota antiestrés. Las gafas de cerca. Las gafas
de lejos. El listín telefónico. El perfume de violetas. Llevo más de tres horas
en la casa de la abuela, estoy agotada, me pican los ojos. Me voy a casa. Cojo
las bolsas seleccionadas, son cuatro bolsas enormes. Y los cactus. Me acuesto
sin cenar. Tantos recuerdos me han removido el estómago. Estoy en un duermevela
pensando en mañana…el notario, la partida de defunción, la visita al banco. Mañana
sí que estará Natalia, mañana sí. Tengo sed. Mucha sed. Me levanto y voy a la
cocina a beber agua. Y pienso en los cactus que llevan sin beber muchos días,
desde que la abuela ingresó en el hospital. Pobrecitos. Me siento en el comedor
frente a la mesa. Los riego. No son cactus, son crasas. Hay algo raro. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La tierra no chupa. Las hojas carnosas brillan
relucientes. Hay algo que no debe ser como debería. No soy botánica pero sí tengo
ojos. Las crasas. Plástico, PVC. Muerte. No hay vida. Me sale una carcajada
nerviosa. Tiro del racimo de crasas hacia arriba y la planta y la supuesta
tierra se desencajan en bloque de la maceta cuadrada. Me asomo al doble fondo
de la maceta como el que se asoma a un abismo. Me mareo. Dobladitos, con esmero,
un colchón de billetes de quinientos euros. Uno, dos, cinco, diez, veinte… Desencajo
la otra maceta… uno, dos, cinco, diez, veinte… Me voy a la cama flotando,
riendo, escuchando las risotadas de la abuela cuando me gastaba alguna broma. Yo,
la nieta rolliza. La preferida. La abuelita lo sabe, yo sé que lo sabe, aunque
no me lo diga.<o:p></o:p></span></p>Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-15145538347875320352022-02-09T23:11:00.005+01:002022-11-01T07:48:20.157+01:00Un coche después de un incendio<blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px;"><p style="text-align: left;"> por Marta</p></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Había
vuelto a quedar con ella. Se había jurado no hacerlo más justo la noche
anterior, olvidarse de ella, pero, de nuevo, al recibir su mensaje, había
olvidado su promesa. Una vez más.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Courier New";">(si
es que estás en el mismo puto bucle de siempre)<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Pero
cómo voy a dejar de hablar con ella así, de la noche a la mañana, si me
considera su mejor amigo de la carrera…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Courier New";">(ya,
el problema es cómo la consideras tú a ELLA)<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Además,
también viene Xavier, no voy a perder a mis amigos después de tantos años sólo
por no verla a ella…- Manuel golpeó la cuchilla de afeitar contra el lavabo y
se embadurnó la cara de loción aftershave.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">El
bar estaba abarrotado. El aire contenía una mezcla de conversaciones cruzadas y
fritanga. Manuel agradeció esta atmósfera insana al entrar en el local. En las
calles de Barcelona las temperaturas eran gélidas. Había llegado el primero,
como ya suponía. Pidió un botellín. Su móvil vibró y leyó el mensaje de Xavier
en el grupo: “Se me complica, chicos, marrón en el curro. Si puedo me paso a
última hora, pero no aseguro nada”. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Courier New";">(bueno,
pues ya estáis solos)<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Sin
saber cómo, Manuel se había bebido el botellín de un trago. Pidió otro. Al
fondo del bar apareció Lucía. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Joder
con Xavi, ¡anda que avisa con tiempo! Bueno, ya que estamos nos tomamos unas
cañas y picamos algo, ¿no? – <a name="_Hlk94911817">Manuel sonrió y no tuvo
tiempo de contestar; se vio envuelto en un abrazo de abrigo, bufanda, pelo y
perfume.</a><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
¿Qué será que ya no hace frío en la calle? – preguntó Manuel quitándose la
bufanda que se acababa de poner al salir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
¿Será una jaula de botellines Mahou entre dos? – preguntó Lucía que no podía
evitar la risa tonta.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Bajaron
por Carrer d´Aribau en dirección al metro Universitat. Un piti y me cojo el
último metro, dijo Lucía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">(<i>joder,
¿y si se lo sueltas ahora?</i>)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
Va, ¿y si nos tomamos la última? Mañana es viernes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Joder,
Manu, mañana no habrá quien me levante. Venga, dale.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">El
garito había vivido mejores épocas. Lucía se sentó en un taburete de la barra.
Sonaba Fito a todo volumen para disimular la ausencia de clientela. Hacía frío
y ni siquiera se quitaron el abrigo. Manuel se quedó de pie y la miró
fijamente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
Pues, ¿sabes qué, Manu? que deberíamos hacer esto más veces…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
¿Hacer qué? - preguntó Manuel.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Pues
salir a diario, tomarse una caña con la gente a la que quieres…esto es lo que
uno recuerda cuando pasan los años, no los guasap, los posts, los tuits… <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
¿Tú me quieres?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">(<i>¡BOOM!</i>)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
¿Qué? Jodeeer… no oigo nada con la música. - dijo Lucía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
¿Que tú qué quieres?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">(<i>¿Te
ha oído y se ha hecho la loca o no te ha oído? ¡Joder! Puto Fito</i>)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Ah,
otro botellín. - contestó Lucía<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Pues
que sean dos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">El
camarero recibió la petición con desgana y se tomó su tiempo en servirles.
Después bajó el volumen de la música viendo que los nuevos, y casi únicos,
clientes eran más de hablar que de pegar botes en mitad de la pista.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
Tengo que contarte una cosa, Manu. No pensaba decírtelo, pero el alcohol es lo
que tiene…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">(<i>Dispara</i>)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Hace
tres semanas me enrollé con Xavi. – sentenció Lucía. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
¿No jodas?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">(<i>Sí
jode, claro que jode</i>)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
Y, ¿sabes qué? Creo que me mola de verdad. Ni una palabra de esto a Xavi, por
favor… ni a Paula, ni a Joan…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
Que no, que no, que yo sé guardar un secreto. – dijo Manuel.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">(<i>Y
tanto que lo sabes guardar…</i>)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Lucía
continuó hablando mientras despegaba la etiqueta del botellín como siempre
hacía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-No
hemos dicho nada a nadie porque, no sé, yo no estaba segura…después de lo de
Miquel… ya sabéis cómo lo pasé, y no me quiero colgar demasiado pronto de
nadie…Pero me estoy dando cuenta de que me gusta de verdad, y tampoco quiero
negarme lo que siento, ¿sabes cuando tu mente dice una cosa, pero tu corazón
erre que erre?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
Sí, me ha pasado alguna vez. Y creo que, después de todo, es mejor hacerle caso
al corazón. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">(<i>eres
imbécil, no tendrías que haber venido, ya lo sabías…</i>)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Lucía
continuó.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Te
lo cuento a ti porque, no sé, siento que contigo… me entiendo muy bien. Desde
siempre, desde la carrera. A veces es que con solo mirarnos ya sabes lo que
estoy pensando. Joder, perdona si me estoy poniendo cursi…pero es que te quiero
un montón. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Manuel
sonrió y, de nuevo, no tuvo tiempo de contestar; se vio envuelto en un abrazo
de abrigo, bufanda, pelo y perfume.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Yo
también te aprecio un montón, Lucía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">(¿<i>te
aprecio un montón? ¿te aprecio? ¿Qué puta mierda de verbo es ese? La quieres,
la amas, la deseas…darías lo que fuera porque se quedara bloqueada la puerta de
este garito de mierda y os quedarais a vivir ahí encerrados para siempre)<o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-De
hecho, Manu, te diré una cosa, ya que la noche va de confesiones…tú me gustaste
en su día. Antes de empezar con Miquel, el último año de carrera…estuve pillada
por ti tooodo un verano, el del concierto de Bunbury ¿te acuerdas? Si Paula te
contara las chapas que le daba…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
Y, ¿por qué no me dijiste nada? - preguntó Manuel.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">(<i>y,
¿por qué no se lo dices tú ahora?)<o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Bah,
yo qué sé. Te liaste después del concierto con una de rizos y me pillé un
rebote… no recuerdo ni el nombre, igual tú tampoco… y pasó el verano y ya se me
pasó la tontería… ¡qué chorrada!, ¿no? Quiero decir, que ya no tiene
importancia, casi se me había olvidado… pero me ha hecho gracia recordarlo ahora.
– explicó Lucía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
Sí, tiene su gracia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">(<i>todo
es un verdadero chiste</i>)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
¿Sabes cuál es la teoría de Paula? – dijo Lucía divertida. - Otra
chorrada como una casa de grande. Dice que un chico y una chica heterosexuales
no pueden ser amigos sin más. Dice que hay varias opciones: o él, o ella, o
ambos, en el momento presente, o en el pasado o en el futuro sienten alguna vez
algo más allá de la amistad. Pero que, nunca, nunca, puede darse una amistad
pura sin más sostenida en el tiempo. Qué gilipollez, ¿no? Yo creo que sí es
posible. Aunque bueno, mira, en nuestro caso ha acertado... Menos mal que
nosotros superamos ese escollo del verano de fin de carrera y podemos tener ya
una amistad sin más.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
Paula y sus teorías para todo. – suspiró Manuel.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
Oye, habrá que irse a casa. Que mañana nos vamos a morir. - dijo Lucía<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-
Sí.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">(<i>sí,
mañana nos vamos a morir</i>)<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Ah,
por cierto, Don Manuel, en las próximas cañas te toca hablar a ti. Que siempre
tienes bajo llave lo que se esconde en ese corazoncito…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">Lucía puso la mano en el pecho de Manuel y no pudo percibir que, debajo del abrigo,
del jersey, de la camisa y de la camiseta interior había un amasijo de hierros humeantes,
como un coche después de un incendio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";">-Vale-
dijo Manuel- ya el próximo día te cuento. O, si se atranca la puerta de esta
mierda de garito con nosotros dentro, pues esta misma noche hasta que vengan
los bomberos…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New";"> Los ojos de Lucía brillaron divertidos ante la
ocurrencia de Manuel y éste se quedó mirándolos fijamente durante unos segundos.<o:p></o:p></span></p>
<p><span style="font-family: "Courier New"; text-align: justify;">(</span><i style="font-family: "Courier New"; text-align: justify;">míralos
bien, ahora, grábalos a fuego en tu memoria…para siempre</i><span style="font-family: "Courier New"; text-align: justify;">.)</span> </p>Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-25345439399951351972022-01-08T21:39:00.002+01:002022-01-08T21:39:49.469+01:00AVE FÉNIX<p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Courier New";">Por Marta</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Cajas de mudanza con
una vida dentro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Tricotar una bufanda
con lana que antes fue jersey. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Borrar, otra vez, el
problema de matemáticas que nunca te sale. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Construir un
castillo de naipes donde pasó la ola. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Pegar los trozos del
plato que por fin rompiste. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Formatear la memoria
sin guardar copia de seguridad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Volver a sonreír
después de haber besado un ataúd. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Aprender el idioma
extraño de un país extraño.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Comenzar a latir con
un corazón que ayer no era tuyo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Barrer la ceniza que
dejó el volcán en tu puerta. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Levantarte por las
mañanas con un sueño hecho pedazos. Pero levantarte, al fin y al cabo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New";">Creyeron los dioses
que nos hacían mortales. No sospechaban que aprenderíamos a nacer cada día.<o:p></o:p></span></p><br /><p></p>Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-63813989572774865142021-08-06T10:21:00.003+02:002021-08-06T10:21:54.527+02:00AGENDA <p><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt;">por Marta y María </span></p><p><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormal"><i style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt;">Para Laura Martín, amiga de la infancia, </i><i style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt;">compañera de sueños ¡Feliz en tu día!</i></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">De repente son las seis de la
tarde. De repente abro la agenda del año 2003. Por la mitad. 20 de junio. Una
receta de berenjenas asadas con cebolletas y tomates secos que nunca hice, o
quizá sí. 21 de junio. Encuentro una frase desnuda colgando en mitad de la
página “Lo que callas nunca muere”, no sé si es mía o de algún Premio Nobel.
Sigo pasando hojas. Recomendaciones de libros para el verano. No he leído
ninguno. 10 de agosto. Comprar vasos de plástico y pajitas. Me sorprendo bastante.
Serían para el cumpleaños de mi sobrino Jaime que es el 14. ¿Vasos de plástico?
¿Pajitas? ¿De verdad que Miss Sostenibilidad Planetaria compraba estas cosas?
No me lo creo. 30 de septiembre. Aquellas cuatro palabras. Las apunté para no
olvidarlas, pero no hubiera hecho falta. Paso por la página del 2 de octubre y
ni me acuerdo de que era nuestro aniversario. 15 de octubre. Citas médicas.
Dolores, picores, temblores de otra que nada tiene que ver conmigo. 23 de
octubre. Me recuerdo pasar por el súper a por leche de soja, tofu y seitán.
Este debió ser el primer intento fracasado de hacerme vegana. 7 de noviembre.
Un dibujo críptico, hecho mientras hablaba por teléfono supongo. Rayas,
círculos que rodean las rayas, tinta que ocupa los espacios en blanco, más
rayas, más círculos, más tinta. 13 de noviembre. Santa Agustina. Felicitar a la
abuela. Ejercías un poder sobrenatural sobre toda tu ristra de nietas ateas. Y
ahí estaba yo, la reina de todas ellas apuntando tu santidad en su agenda ¡Ole
tus huevos! 23 de diciembre. Escrito con letra doble y mayúscula la palabra
VACACIONES. Esta costumbre infantil de escribir con letra doble y mayúscula la
palabra vacaciones me hace sonreír. Me aproximo al 31 de diciembre y dudo si
leerlo. Ese día siempre apunto lo mismo: Balance anual ¿he cumplido alguno de
mis sueños? Cierro la agenda. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Escucho desde mi terraza una radial
que suena a lo lejos, en alguna de las calles de mi barrio. Cierro los ojos y
respiro profundamente. Me encuentro en el patio de mi casa, en lo alto de un
taller de chapa y pintura. Morena, delgaducha y con la sonrisa siempre en los
labios. Esa era yo. A mi lado, relucientes y en disciplinada fila india, puedo
contar, uno a uno, todos mis sueños. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Abro la agenda de 2021, voy al 6 de
agosto y apunto en cursiva ”<i style="mso-bidi-font-style: normal;">la radial es
el sonido de mi infancia, el sonido de la felicidad”. </i>No creo que se me
olvide, pero por si acaso. <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-3663670318233231992021-03-01T20:43:00.003+01:002021-03-01T20:43:47.040+01:00A las cuatro de la tarde<p> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Courier New";"></span></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Courier New";">Por Marta<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Courier New";">El día que partiste mi casa se partió en dos.
Se abrió una grieta colosal e inmediatamente la mitad más débil, la que estaba
hecha con cimientos de plastilina colapsó y se derrumbó. Se formó una polvareda
tremenda y el estruendo se escuchó en muchas ciudades en las que aún no había
amanecido. Eran las cuatro de la tarde. Afortunadamente yo había salido a tirar
la basura en pijama porque siempre hay que tirar porquería después de una marcha
así. Además, como había tenido tiempo porque tu partida no nos pilló por
sorpresa bajé la basura clasificada, me hice la fuerte mientras la ordenaba
durante todos esos días espesos. Quizás algo de todo ello se pudiera reciclar,
poca cosa, las huellas del número cuarenta y uno de tus zapatos gastados, quizás,
pero la mayoría era materia orgánica, las espinas clavadas, las cáscaras que
protegían nuestra esencia, la pulpa medio podrida de bastantes sueños
incumplidos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Courier New";">Tampoco había, por suerte, ningún transeúnte,
así que se podría decir que los daños se concentraron en mí. Enseguida se
arremolinaron en la zona multitud de curiosos y en un tiempo indeterminado que
no sabría si fueron cinco minutos o cincuenta también acudió la policía, los
bomberos y los periodistas. Los policías me tomaron declaración y apuntaron en
una libreta los datos que creyeron relevantes: años juntos, últimos detalles
tiernos que recordaba, si había notado antes algún temblor insospechado bajo
mis pies. A todo respondí que sí, o que no, ya no lo recuerdo. Los bomberos,
por su parte, apagaron un pequeño fuego que se había originado en el
dormitorio, justo debajo de la cama. Yo conocía esas ascuas, muchos días había
soplado y removido las brasas sin éxito, y tengo que reconocer, que cuando vi
esa llama tan violenta, devorando el colchón, no pude evitar sonreír. Fue lo
único de lo que me acuerdo. Un periodista que hacía las veces de fotógrafo tomó
instantáneas del momento. A todas sus preguntas contesté que no, o que sí. Al
día siguiente salieron todas las fotos a doble página en un periódico de tirada
nacional. Compré el periódico y no lo abrí hasta años después. Lejos de allí,
con las manos temblorosas, en una taberna de Puerto Cobre. No sabía lo que me
iba a encontrar a pesar de haber estado presente en aquel momento, a pesar de
haber sido la protagonista de tan desdichado suceso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Courier New";">La primera imagen era una nube de polvo y
cascotes, no pude reconocer apenas ninguna esquina de la que fue mi casa. Era
una imagen gris de la mitad caída de mi casa. Los azulejos del baño y el papel
pintado del salón habían perdido sus colores al estrellarse contra el suelo.
Busqué sin éxito cosas fácilmente reconocibles, el jarrón con flores de la
entrada, la pelusa esa tan grande de detrás de la puerta, la bailarina del
joyero que me regaló mi abuela asomando entre los escombros. Todo era un
amasijo irreconocible. Un vómito de hormigón y vigas. Pasé la página y un
fulgor de colores me deslumbró. Fue como viajar de la Antártida a un país
caribeño en una vuelta de hoja. Esa sí que era mi casa. Parecía que habían
cortado una tarta y al separar el trozo se veían todas las capas de colores de
su interior intactas. El salón mostraba su mitad más acogedora, el sofá con los
cojines en el sitio exacto donde yo los solía colocar, la mantita en el
respaldo. El ficus, el ser más vivo que habitaba la casa, se mantenía salvaje e
impasible en su rincón. Sus hojas parecían más verdes de lo que yo recordaba,
al parecer le gustó dejar de ser una planta de interior. Del baño solo había
quedado la bañera, con esa cortina fea de lunares que elegí sin saber que
tendría espectadores. Y el lavabo, con nuestros cepillos de dientes. Encima el
espejo que había reflejado tu cara cada mañana y mi rostro cada noche, ahora
mostraba un cielo azul, limpio y despejado, a las cuatro de la tarde. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Courier New";">La imagen de la cocina era turbadora. El
frontal con los muebles permanecía anclado a la pared pero las puertas estaban
abiertas. Desde la calle se veían los platos, los vasos a punto de caer, en ese
momento justo donde el tiempo queda detenido antes de la tragedia. También se
veían las patatas fritas, las latas de conserva, el paquete de pan de molde
cerrado con un nudo. Un atento observador habría podido juzgar de un vistazo
nuestras carencias nutricionales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Courier New";">La fotografía del dormitorio ocupaba una
página entera. Las cenizas de nuestra cama todavía humeaban, la ropa interior
tirada por el suelo. Sentí pudor al ver mis libros en la mesilla, cualquiera
podría haberlos visto y saber de que estaba hecha yo por dentro. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Courier New";">Pensé que de nuestra casa había quedado lo
mejor. Cuando una parte se derrumba es porque hay otra que queda en pie. Pedí
un trago de cachaza a la camarera, la especialidad de Puerto Cobre. Llegué a la
última foto. Era yo. Precisamente de pie, con los ojos muy abiertos. Pocas
veces uno tiene la oportunidad de observar a su yo del pasado en mitad de un
naufragio. Supe que era yo por mi pijama, por mi moño mal hecho, por mi esmalte
de uñas color amapola. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Por lo demás
cualquiera hubiera sido incapaz de reconocerme, ya no quedaba nada en mí de
aquella mujer. Me quedé mirándola largo rato, haciendo preguntas a un trozo de
papel, escuchando de fondo las guitarras y marimboles de la taberna. Algo
quizás sí, un brillo lejano en los ojos, lo que algunos llaman alma. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><o:p> </o:p></p>Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-2943532159969456462020-05-08T20:45:00.000+02:002020-05-09T00:27:42.470+02:00 Retrato de familia con gato.<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri; font-size: 11pt; line-height: 15.6933px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri; font-size: 11pt; line-height: 15.6933px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "courier new";">Por Marta</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri; font-size: 11pt; line-height: 15.6933px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri; font-size: 11pt; line-height: 15.6933px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "courier new";">En la casa de la calle Montesquieu 8 habita una familia y su gato Oboe. El gato, Oboe, tiene un deseo. Su deseo es que desaparezca todo el mundo de esa casa por un rato y quedarse sólo frente al televisor. El televisor estaría en negro, no podría ver aquello que vio esa tarde. Y él lo sabe, Oboe es demasiado sagaz y demasiado viejo para creer que los sueños se pueden hacer realidad a estas alturas. Su único deseo es quedarse solo y revivir con su imaginación aquella tarde, esas dos horas de película en las que conoció la mirada felina más atractiva que haya visto jamás, la de Sophia Loren.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri; font-size: 11pt; line-height: 15.6933px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "courier new";">El deseo de Julián, el padre de la familia, es bien distinto. Julián desearía que su mujer le amara. Bien un amor loco, bien uno sosegado, le daría igual. Se ha acostumbrado tanto a hacerse el tonto que algunos días hasta le sale solo. Baja la basura cuando ella lo ordena, pela las cebollas para que ella no llore y le hace el amor, una vez por semana como mucho, cuando ella lo dice. Y digo bien, Julián le hace el amor, ella no sabemos qué hace. Oboe piensa que Julián es un cobarde, pero se sienta a su lado en el sofá y deja que le acaricie el lomo con sus manos ásperas y calientes. Hay cobardes y cobardes.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri; font-size: 11pt; line-height: 15.6933px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "courier new";">Teresa desea ser como su amiga Pilar. Con el mismo gusto por la decoración, con sus hijos con buenas carreras ya colocados. Primero soñó ser como su amiga Fátima y la igualó teniendo novio. Luego anheló ser como su prima Carmen, que cuando se enteró de su embarazo hizo volver a Julián del trabajo para que la fecundara. Ella, que disfruta en secreto releyendo algunos domingos sus cartas de novios, no lo sabe todavía, pero dentro de cinco años deseará ser como su vecina Julia, la del número 6, que por esas fechas estrenará orgullosa el papel de abuela. Oboe odia a Teresa sin titubeos, pero es la mano que le da de comer así que su lado animal le lame la mano, se entrecruza entre sus piernas y se deja acariciar incluso en la cabeza.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri; font-size: 11pt; line-height: 15.6933px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "courier new";">Felipe, el hijo mayor, tiene un deseo que debería ser inconfesable aunque a él se le nota a la legua: desearía haber nacido en otra familia. En una en la que presentárselos a alguien no le hiciera sentir ridículo. Le abochorna todo de ellos, hasta el gato ése que parece una bola de pelusa gris. Algunos días, sobre todo esos en los que el aire trae el olor del mar, Felipe se avergüenza de su propia vergüenza. En unos meses va a organizar la pedida de mano de su novia y a formar una nueva familia. Tendrá por lo menos dos hijos y vivirá en una casa con jardín. Y a sus hijos los va a hablar en inglés, para que no le pase como a él que todavía se le atragantan algunos <i>freisal verbs</i>. Y los sábados por la mañana cuando los niños echen una carrera en el parque él dará la salida: <i>Redi…gou</i>! Y será el hombre más feliz del mundo. Oboe no opina nada de Felipe, lo esquiva por el pasillo, no lo considera de la familia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri; font-size: 11pt; line-height: 15.6933px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "courier new";">Lili es la pequeña. Acaba de cumplir catorce. Le gustaría tener la mirada misteriosa y astuta, como la de Marlene Dietrich en “Testigo de cargo”, o como la de su gato Oboe. Es que un día le dijeron que tenía la mirada triste y es la única pega que ve a su cara,sus ojos. Pero ya ha visto un montón de tutoriales en Youtube y cada día se los maquilla mejor. A Lili su gato Oboe le vuelve loca, se lo sube a la silla en sus rodillas y le hace mil arrumacos hasta que el gato no puede más y se baja pidiéndole una disculpa con esos ojos grandes y amarillos. Es que ya se está haciendo un poco mayor, piensa Lili… bueno, y que es un gato, y no un peluche, como le dice su madre. A Lili le encanta pasar tiempo con su padre. Es paciente, como ella. Lo último que han hecho juntos es el puzzle del Guernica de 5000 piezas. El día que lo terminaron se sentían fascinados. Teresa entró en el cuarto de estar y les dijo que era demasiado grande como para colgarlo o enmarcarlo. Así que a la mañana siguiente empezaron a desmontarlo con un poco de pena...pero con mucho cuidado, le ha dicho su padre, que no se pierda ninguna pieza porque igual, algún día, nos apetece volver a hacerlo. Su madre, piensa Lili, tiene el corazón más duro que el cuarzo, el feldespato y la mica juntos. Es decir, como el granito. Aunque también piensa que con el granito de base se puede construir una casa dura y resistente, como en la que viven.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri; font-size: 11pt; line-height: 15.6933px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "courier new";">A Lili su hermano Felipe le cae medio bien. Se llevan bastantes años y sus mejores recuerdos con él son cuando ella era muy pequeña y su hermano le ayudaba a hacer ejercicios en una manta en el suelo, se reían mucho y recuerda que era muy cariñoso. Ahora sólo es así de vez en cuando, sobre todo cuando viene su novia Sara a comer a casa, que, por cierto, es guapísima y se maquilla los ojos que un día ya le preguntará el truco.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Calibri; font-size: 11pt; line-height: 15.6933px; margin: 0cm 0cm 8pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "courier new";">Lili no desea nada. La naturaleza la hizo alegre, feliz, satisfecha. Oboe la admira. Ronronea mientras frota la cabeza contra su tripa y, mirando para arriba, piensa que cada día sus ojos se parecen más a los de Sophia Loren.<o:p></o:p></span></div>
Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-14091440851142743622020-04-06T21:34:00.003+02:002020-04-06T21:34:55.617+02:00La nueva era<div align="right" class="MsoNormal" style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-family: "Courier New";">por Marta</span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-family: "Courier New";"><br /></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-family: "Courier New";"><br /></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-family: "Courier New";"><br /></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-family: "Courier New";">“Que aquí, tú ya lo ves,<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-family: "Courier New";">es Albanta al revés.”<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-family: "Courier New";">L.E. Aute<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">El azar podía haber hecho que las cosas sucedieran de cualquier manera pero sucedieron así. Con la reprogramación genética y los nuevos avances tecnológicos nadie pareció dar importancia al primer bebé humano nacido con pantalla frontal. Cuando ya hubo toda una generación empezaron las primeras consecuencias. La pantalla en la frente de LCD y 16 megapíxeles mostraba los pensamientos de su dueño. Arial 12: Letras blancas sobre fondo negro. La humanidad tuvo que adaptarse a los cambios, primero eran niños pero luego chavales y después padres de otros niños que también heredaron la pantalla frontal. “Me gustas” podía leer la joven en la frente de su tímido compañero de clase. “Me das asco” leyó el marido en su mujer antes de que ésta lo tapase con su flequillo. Los matrimonios apenas duraban, sólo desenfreno y romances puntuales. Nadie soporta leer según qué cosas. Desaparecieron los asesinos, las guerras, los robos, la corrupción. Todo estaba escrito en la frente. La mala gente era encarcelada sólo con echar un vistazo a sus proyectos. La hipocresía y la falsedad quedaron desterradas. Las personas se esforzaron en cambiar su forma de pensar si de verdad querían tener éxito entre sus semejantes; era la única manera. La empatía se puso de moda. Desaparecieron muchas profesiones, en realidad, del mundo anterior no quedó casi nada. Tuvimos suerte los escritores, los pintores y los músicos. Somos los únicos que a partir de unos simples pensamientos hacemos magia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: Cambria; font-size: 12pt; margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: justify;">
<br /></div>
Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-15903620075490276752020-02-24T23:07:00.001+01:002020-02-24T23:07:43.787+01:00Elenapor Marta<br />
<br />
<br />
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;">Allí
reunidas, en clandestinidad, con nocturnidad y sin conocer todavía
lo que es la alevosía, las chicas del internado, las adolescentes de
segundo año, planean su estrategia, meditan la táctica, perfilan la
maniobra. Están en La Mancha, en mitad de la nada, pero podrían
estar ahora mismo en la sede de la ONU, luchando por sus derechos,
conquistando la justicia que ellas creen arrebatada. Su vida es
tranquila, apacible: por las mañanas aprenden álgebra, a media
tarde a controlar sus hormonas y por la noche a domesticar sus
sueños. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;">Las
adolescentes de segundo año no adolecen de nada, no conocen la
maldad. Definitivamente aprenden de la vida de oídas y conforman,
todas ellas, un pequeño animal salvaje que aún no conoce la selva.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;">No
se sabe a ciencia cierta si lo que ocurrió aquella noche y al día
siguiente marcó a alguna de ellas. Es cierto que el suceso rompió
su rutina, despertó ese animal dormido y delicado que cada una de
ellas llevaba dentro, pero no, no creo que de modo consciente ninguna
de ellas marcara esa fecha en el calendario.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;">Anselmo,
el pastor, ese hombre huraño, ese animal tan diferente a ellas ha
cambiado sus prácticas y desde hace unos días encierra a sus ovejas
en un cercado muy próximo. A escasos metros de la habitación donde
duermen las adolescentes de segundo año, pared con pared con ese
lugar donde la inocencia campa a sus anchas. Anselmo, poco aficionado
a la higiene, tiene las ovejas sucias, las niñas lo saben, lo
intuyen porque, no saben de ovejas, ni de animales, no saben casi de
nada, pero los ojos de una oveja no mienten. Esos ojos tristes piden
clemencia. Hay algo al mirarlas que las hace daño pero aún no saben
ponerle nombre.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;">Las
niñas están inquietas, sobresaltadas, y, lo más grave: cada día
sus piernas y brazos aparecen incendiados por decenas de picaduras de
las pulgas que alojan las ovejas. No aguantan más. Ellas, limpias,
con el pelo de color de la miel, ellas estaban primero. Centran su
odio en Anselmo y aparece un arranque que no conocían, una serpiente
latente en el fondo de sus entrañas que comienza a despertar. Se
reúnen en torno a la líder, la más mayor, todas con sus camisones
de algodón, todas con los cuerpos tan diferentes como diferentes
pueden ser los cuerpos a los doce años. Conjuran contra el pastor y
sienten, encendidas, que las picaduras hablan por ellas. Es
intolerable. Está decidido: mañana se enfrentarán juntas al
opresor, al enemigo de la paz, al protagonista de esta catástrofe.
Se acuestan nerviosas hasta que el sueño las va conquistando y
sometiendo, como un mal presagio de lo que mañana sucederá.</span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;">Y
llega por fin el día de mañana y no hay nada que se pueda contar
digno de ser contado. Las adolescentes de segundo año se sienten
poderosas caminando, pero cuando se plantan frente al pastor las
razones se hacen pequeñas, los argumentos brotan deslavazados de sus
bocas. La presencia intimidante de Anselmo las mina. El miedo vence a
sus razones y solo germinan de sus labios peticiones inconexas que el
pastor repudia con algo parecido a una media sonrisa. </span>
</div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;"><br /></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Courier New, monospace;">Vuelven
al internado rendidas, sin hablar, pactando en silencio que obviarán
lo sucedido. Regresan con la piel algo menos tersa, con el color de
pelo apagado, nada parecido al de la miel. Algunas vuelven a sus
juegos, normalizando lo sucedido, anestesiadas por </span><span style="font-family: "Courier New", monospace;">la indiferencia para el resto de sus vidas. Pero Elena, algo sucede
en Elena. Siente un dolor genuino. La serpiente de sus entrañas le
pellizca por primera vez haciéndole llorar. Siente esta derrota como
la primera, la terrible primera vez en la que, sola y cándida, en
mitad de La Mancha, se da cuenta de cómo funciona el mundo.</span></div>
<br />Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-34271894970792886052019-11-12T19:25:00.000+01:002019-11-13T11:26:52.872+01:00¿A qué estás esperando?<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";">por Marta</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";">USA. Detroit. Lincoln Street. Pasillo de su
casa. 23 de septiembre. 15:37 pm<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";">Mrs. Scott en cuclillas besa la cabeza del
pequeño Andy que le da la espalda. Andy se suelta y coge impulso cuando separa
sus manitas de las de su madre. Al otro lado del pasillo Mr. Scott espera,
también agachado, con sonrisa amplia y brazos extendidos la llegada de su
niño despúes de dar sus primeros pasos. Hacia la mitad del pasillo, cuando
parecía que el intento iba a ser un éxito, se percibe un movimiento brusco en
toda la casa y el pequeño Andy cae de rodillas al suelo, iniciándose así un
llanto desconsolado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";">Argentina. Rosario. Bulevar Avellaneda. Pasillo
de la Residencia la Luz. 23 de septiembre. 17:37 pm.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";">Andrés, residente de noventa y dos años,
operado de cadera accede a dar sus primeros pasos con andador tal y como le
recomienda Amanda, su rehabilitadora. Se calza las pantuflas de cuadros bien
sujetas por detrás de los talones, no como acostumbra, y se levanta. Se sujeta
al andador y empieza a caminar. Tras varios pasos lentos y seguros se dispone a
recorrer el largo pasillo. De repente, un movimiento de sacudida se percibe en
la residencia y Andrés, con inercia, recorre todo el pasillo en unos segundos ante
la mirada horrorizada de Amanda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";">Grecia. Santorini. Budha Bar. 23 de
septiembre. 23:00pm<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";">Las cosas no están saliendo tal y como Daniel
las ha planeado. Se daban todos los ingredientes para que la pedida de mano
fuera un éxito: atardecer en las islas griegas, mesa reservada en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>chill out,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>cena con champán…Sin embargo al poco de llegar un movimiento violento y
repentino ha tirado toda la vajilla de las mesas y a María se le ha manchado el
vestido con el champán. Pero eso no es lo peor, el sol ya tenía que haberse
metido hace rato, según Google, y en consecuencia él tenía que haber sacado ya
el anillo. Sin embargo, a pesar de que pasan los minutos y la gente se
impacienta, el sol <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sigue burlón en el
horizonte sin moverse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";">España. Ciudad Real. San Carlos del Valle. 28
de septiembre. 13:10 pm.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";">Hace cinco días que no anochece. El sol se ha
detenido en el cielo de San Carlos y ningún vecino se lo explica. Los
noticiarios dan informaciones inexactas, las comparecencias de los miembros del
gobierno no aclaran nada. Se oyen pasar a lo lejos sirenas de ambulancias o
coches de bomberos que no tienen muy claro a dónde van. Clemente desde el banco
de piedra de la puerta de casa mira el horizonte con la barbilla apoyada en el
cayado, como lo ha hecho siempre, mirando la tierra recién arada. Piensa que en
algunos sitios de la Tierra llevarán cinco días de noche continua. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Su mujer Maripaz se acerca al banco de piedra.
Huele, toda ella, a sofrito de cebolla. Tiene puesto el babi de cuadros que le
tapa hasta las rodillas, como siempre. Por debajo asoman sus piernas, recias y
sin un solo pelo, por naturaleza, cubiertas con medias color visón. Se sienta a
su lado y pone su mano en la rodilla de Clemente. Pasan más de cinco minutos en
esta posición. Después Clemente le agarra la mano con fuerza y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Maripaz rompe el silencio: ¿A qué estás
esperando?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new";">Clemente se levanta con dificultad apoyando
las dos manos en el cayado. Con la artrosis los primeros pasos son los que más
le cuestan, una vez se calientan las articulaciones anda con más facilidad.
Recorre los diez o quince metros que hay hasta su casa y entra. Escucha el sonido
de la televisión de la cocina de fondo. Asesinatos, corrupción, guerras, más de
lo mismo. Y ahora lo de la Tierra detenida que parece haber acentuado todo.
Atraviesa el salón y sale por la puerta de detrás hacia el corral. Deja a la
derecha el trozo de tierra de huerta y sigue de frente hacia el habitáculo de
las gallinas. Lo construyó el mismo hace años, le pareció la mejor manera.
Entra y con la puerta abierta espanta a todas las gallinas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con un par de palmadas. Se levanta un pequeño
vendaval de polvo y plumas. Se dirige hacia el fondo y ayudándose del cayado se
pone de rodillas con mucha dificultad, éstas le crujen y le duelen. Con sus
manos robustas retira toda la paja del suelo y deja ver un pequeño cuadrado
similar a una baldosa que tiene una cerradura. Introduce la llave que saca de
su bolsillo y la puertecita se abre como con un resorte. Dentro un cajetín de
aluminio con una pequeña pantalla y un teclado se activan. Clemente mete una
combinación secreta de diez números y automáticamente la tapa del cajetín se
desliza dejando a la vista tres botones. El botón de la izquierda es de color
blanco y pone la palabra ON; el botón central tiene la palabra OFF y es el que
aparece pulsado en esos momentos. A la derecha del todo un botón rojo se deja
ver por debajo de una tapa transparente de seguridad que impide que pueda ser
pulsado sin intención. Clemente levanta la tapa, cierra los ojos, aprieta la
mandíbula y pulsa el botón rojo con decisión.<o:p></o:p></span></div>
<br />Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-62301836538668319992019-10-27T19:34:00.001+01:002019-10-27T19:36:10.248+01:00Un gran aplauso<br />
<h2 align="right" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: right;">
</h2>
<h2 align="right" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: right;">
</h2>
<div style="text-align: justify;">
<div style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
</div>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
</h2>
<h2 style="margin: 10pt 27.15pt 0.0001pt 21.3pt; text-align: right;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 11.0pt; font-weight: normal; line-height: 115%;">por Marta</span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;">Con nueve años Jacobo había visto ya morir a cuatro
personas: su padre, su abuela, un transeúnte y su vecina Maribel. Este número,
muy abultado para su corta edad, fue, quizás, uno de los primeros detonantes
para lo que en un futuro sería su vocación y su verdadera pasión: la muerte.
Jacobo estaba especializado en ella. Tanto es así que tenía un ritual para
morir. La muerte tiene sus detalles, pequeñas pinceladas que hacen único a este
trance. No es lo mismo fallecer tras una larga enfermedad que encontrarse con
la muerte en un oscuro callejón. Y todo eso lo sabía Jacobo. Y también los
sabían directores, productores y directores de casting, que no son tontos.<o:p></o:p></span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;">Jacobo comenzó a actuar en la escuela de teatro de su
instituto, obras clásicas sobre todo. Después recorrió todo Madrid, de casting
en casting, buscando su oportunidad. En su madurez todos los papeles que
llegaban a sus manos eran cortos e intrascendentes para la trama. Casi siempre
personajes secundarios cuyo fallecimiento justificaba algún giro de guión: un
viejo exánime que desata la guerra entre herederos, un cabeza de turco o el
primer rehén que no sobrevive al asalto. Lejos de disgustarle esto a Jacobo le
apasionaba. Para él la muerte era algo digno. Representarla cada vez era una
gran responsabilidad.<o:p></o:p></span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;">Las mañanas en que iba a morir se levantaba algo más
pronto de lo habitual. Le gustaba llegar con tiempo al set de rodaje. La
alteración y las prisas no son recomendables ya que el pulso se acelera, se
enrojece la piel y puede provocarse una sudoración excesiva impropia de un
cadáver. Esas mañanas gustaba de prepararse un té bien caliente para desayunar.
Té chai con una nube de leche.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No le
gustaba esta bebida especialmente pero para él los olores especiados de la
canela, el jengibre y el clavo estaban asociados a aquella merienda infantil de
cumpleaños en la que su vecina Maribel comenzó a encontrarse indispuesta poco
antes de su trágico final.<o:p></o:p></span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;">A continuación se vestía solemnemente con traje de
chaqueta y corbata. La azul marino de rayas o la de tartán que le trajo su
primo de Edimburgo eran sus favoritas, pero no era especialmente quisquilloso
con esto. Lo que nunca fallaban eran los calcetines negros de hilo de nylon. Si
el atuendo del personaje se lo permitía pedía que no se los cambiaran. Cuando
amortajaron a su padre fue él quien escogió unos calcetines de ese tipo y desde
entonces el tacto tan peculiar le conectaba con aquel momento. <o:p></o:p></span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;">Una vez vestido se situaba frente al espejo del baño
para realizar sus ejercicios faciales. Ceño fruncido, boca en círculo, sonrisa
amplia. Y vuelta a empezar. Hay algunos rictus propios del rigor mortis muy
difíciles de interpretar si los músculos no han calentado previamente. <o:p></o:p></span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;">Antes de salir a la calle se engominaba el pelo y se
rociaba con un perfume caro y espeso finalizando con un toque en la cara
interna de las muñecas.<o:p></o:p></span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;">Llevaba años realizando minuciosamente la misma
ceremonia y cada vez sus muertes resultaban más creíbles, más verdaderas. Una
vez que expiraba y dejaba salir el último hálito de vida el movimiento de su
respiración era absolutamente imperceptible incluso para las cámaras de última
generación. Si en esos momentos el espectador hubiera podido tocar al actor
seguramente hubiese sentido el tacto frío característico de un finado.<o:p></o:p></span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;">Justo el día que Jacobo cumplió sesenta años,
casualidades de la vida, recibió el regalo más importante de su carrera. El regalo
llegó en forma de carta y en ella le notificaban lo que sin duda sería el
colofón perfecto a su trayectoria. El papel con el que llevaba años soñando. La
Compañía Nacional le fichaba para interpretar el papel masculino en la obra
“Cinco horas con Mario”, de Miguel Delibes. Con una compañera de categoría,
nada menos que Lola Herrera. Toda la pieza confinado en un ataúd interpretando
a un muerto, por fin había llegado la hora de lucirse. <o:p></o:p></span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;">La noche anterior al estreno no pudo pegar ojo,
nunca le había pasado algo parecido. Tenía seguridad en sí mismo pero a la vez
del estómago le nacía una inquietud desconocida. Por la mañana se levantó con
tremendas ojeras y pensó que este detalle tonto resaltaría aún más su
actuación. Té chai con su nube de leche, traje de chaqueta, corbata de tartán y
calcetines de hilo nuevos a estrenar. Ceño fruncido, boca en círculo, sonrisa
amplia. Flus, flus, fragancia espesa y a la calle a triunfar.<o:p></o:p></span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;">El patio de butacas estaba a reventar. Entradas
agotadas hasta en el gallinero. Sabía que Lola Herrera tenía mucho tirón pero
él era el otro cincuenta por ciento de la obra. No podía defraudar. Un
hormigueo inusual le recorrió los brazos y las manos no le dejaban extrañamente
de sudar. Pensó que quizás hoy tanta teína hubiera sido innecesaria, se notaba
el corazón a mil.<o:p></o:p></span></h2>
<h2 style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 27.15pt; margin-top: 10.0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Courier New, Courier, monospace; font-size: small; font-weight: normal; line-height: 115%;">Cuando se abrió el telón se hizo el silencio total.
Dos largas horas sin mover una pestaña. El traje le picaba, los zapatos le
apretaban y la corbata oprimía su cuello asfixiándole. Lola continuaba con su
soliloquio y Jacobo apenas la podía escuchar. Sólo escuchaba los latidos de su
corazón en sus oídos a todo volumen. La cabeza estaba a punto de explotarle y
entonces recordó a aquel hombre. Nunca supo su nombre, era una fría mañana de
invierno, Jacobo iba solo de camino al colegio. Lo encontró tendido en mitad de
la acera. Su cara había permanecido desdibujada durante toda su vida, era sólo
un niño, sin embargo, ahora, de repente, se le aparecía nítida. Ya no escuchaba
a Lola por detrás, ahora era otra vez ese niño feliz. Ese niño que jugaba con
su abuela a las cartas y que siempre tenía los bolsillos llenos de canicas y de
emociones. Ahora ya no sentía nada, sólo paz, y a lo lejos, quizás, un gran
aplauso.<o:p></o:p></span></h2>
<br /></div>
Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-85087339582325600792019-01-26T21:23:00.000+01:002019-01-26T21:59:35.541+01:00INSTANCIA<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<i><span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">por Marta</span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new" , "courier" , monospace;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-indent: 35.4pt;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-indent: 35.4pt;">
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "courier new";">Yo, Don Segismundo Vega López, madrileño y
jubilado,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;">
<span style="font-family: "courier new";">EXPONE<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;">
<span style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<span style="font-family: "courier new";">Con
motivo del vaciado del Estanque del Retiro para su limpieza, fui testigo, desde
un banco del parque, del hallazgo en su fondo de los siguientes enseres que a
continuación paso a enumerar:</span><br />
<span style="font-family: "courier new"; text-indent: 35.4pt;"><br /></span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; text-indent: 35.4pt;"><span style="text-indent: 35.4pt;">- Ochenta y dos sillas</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; text-indent: 35.4pt;"><span style="text-indent: 35.4pt;">- Doce barcas y treinta y siete remos.</span></span></div>
</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 200%;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new";">- Veinte mitades de fotografías de enamorados
que algún día se quisieron.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 200%;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new";">- Cinco zapatos (ninguno emparejado).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 200%;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new";">- Doscientos diez móviles (con miles de
llamadas perdidas).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 200%;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new";">- Una caja fuerte que no se pudo abrir.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 200%;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new";">- Cuarenta miradas clavadas en el fondo preguntándose:
“¿qué hago?”.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 200%;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new";">- Quince llaves (ninguna de la caja fuerte). <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="line-height: 200%;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new";">- Noventa y ocho libros (destacando varias
ediciones interesantes de “La vida es sueño”, “Poeta en Nueva York” y “La
montaña mágica”).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="line-height: 200%;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new";">- Tres alianzas que no esperaron a que la
muerte los separase.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;">
<span style="font-family: "courier new";">SOLICITA<o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: center;">
<span style="font-family: "courier new";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "courier new";">Me sea concedido con
carácter temporal, durante lo que me reste de vida, la propiedad de dichos
bienes con el único objeto de devolverlos a sus legítimos dueños.<o:p></o:p></span></div>
<br /></div>
Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-68644966257914244622018-04-22T21:53:00.000+02:002018-04-22T21:53:08.389+02:00Café Polinesia
por Marta <br />
<br />
<br />
<div class="MsoNormal" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 0pt -7.1pt; text-align: justify; text-indent: 7.1pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Courier New"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;">A María
le incomoda entrar sola en un bar. No le gusta consumir algo solitariamente
mientras se siente observada por ojos inquisidores: ¿qué haces aquí sola?
¿esperas a alguien? Pero hoy no le queda otra opción. Después de la sequía de
los últimos días tiene que volver a hacerlo.</span></div>
<br />
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 0pt -7.1pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 7.1pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Courier New"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;">-Un cortado, por favor - El camarero de la
cafetería Polinesia se remanga la camisa dejando ver el abundante vello de sus
brazos. En su dedo meñique un sello de oro. María anota en su cuaderno, “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">duerme desnudo, se quita todo salvo el
anillo”.</i></span></div>
<br />
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 0pt -7.1pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 7.1pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Courier New"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;">Un hombre anciano entra en el bar y se sitúa en
la barra a su lado. Huele a casa cerrada.” <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
casa no volvió a ventilarse desde que ella murió, él solo sabía respirar el
aire de su ausencia…”. </i>El hombre pide un café. Disimuladamente mete la mano
en el bolsillo de su gabardina y se oye un chasquido sordo. A continuación se
lleva la mano a la boca y mastica con discreción. María intuye un trozo de
galleta, quizás un bizcocho. Repite la operación mientras María garabatea sin
parar. Cuando el anciano termina deja un euro en la barra y se va.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 0pt -7.1pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 7.1pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Courier New"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;">Entra una mujer y se sienta en la banqueta que
acaba de dejar libre el hombre. “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Aún
estaba caliente el asiento cuando ella lo ocupó, esa sensación de sentir calor
ajeno y anónimo le causaba repulsión…”<o:p></o:p></i></span></div>
<br />
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 0pt -7.1pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 7.1pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Courier New"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;">La mujer pide una cerveza. Saca un pequeño
espejo de su bolso y se pinta los labios de rojo carmín repasándolos varias
veces. A María le parece más joven de lo que es. “…<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fue el regreso del amor lo que tersó su piel y devolvió ese brillo en
los ojos que solo los demás perciben”. </i>Saca el móvil y la letra de gran
tamaño permite que María pueda leer la conversación con facilidad. Una gran
cantidad de corazones e iconos con besos inundan la pantalla. María sonríe, no
se equivocaba. </span></div>
<br />
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 0pt -7.1pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 7.1pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Courier New"; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-theme-font: minor-bidi;">La última frase de su contacto aún parpadea en
la pantalla: - No veo que peligro puede haber- . La mujer, con el pulso firme,
teclea – Lo lamento, de veras, aún tendrás que esperar una o dos semanas más-.
María escribe la frase tal cual en su cuaderno. Mira a la mujer y ésta le
sonríe. Observa en su rostro la expresión del que se siente poderoso.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cierra el cuaderno. Saca el monedero y deja
un euro encima de la barra. Vuelve a abrir el monedero y deja otro euro de
propina. Las musas de la cafetería Polinesia también tienen su tarifa. <a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a><o:p></o:p></span></div>
Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-75521311380646893462018-03-20T11:47:00.000+01:002018-03-20T11:47:33.322+01:00biopic<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">por María</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">−<i style="mso-bidi-font-style: normal;">No es que mi vida sea más interesante que la tuya, simplemente es que
he vivido más que tú</i>. Eso fue lo que me dijiste y después bebiste un trago
largo del vaso de cerveza. Ya estaba casi anocheciendo, aunque la luz mortecina
del bar donde nos encontrábamos hacía tiempo que nos había rodeado de
nocturnidad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En ningún momento creí tus
palabras, aunque me hubiera gustado. ¿Realmente pensabas que la edad influía
algo? Sí, está bien, los años, la experiencia, todo eso. Pero no. ¿Acaso podría
yo, dentro de veinte años, entretener a alguien con los entresijos de mi vida
anodina? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Entiéndeme, yo era feliz, o al
menos lo bastante feliz como para no quejarme por ello, aunque en cierto modo
echaba en falta algo. Ese algo que a ti te sobraba y al que tú no dabas la más
mínima importancia. Es más, ni siquiera te hacía feliz. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿Qué nos llevábamos? ¿Quince?
¿Veinte años? Nunca lo supe. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Pero tú a
mi edad ya habías vivido más de lo que yo lo haría nunca. Yo pasaba despacio
por la vida, sin hacer ruido, limitándome a seguir el camino fácil de la rutina
cómoda. De esa rutina que puedes amar y odiar a partes iguales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Salimos del bar y me ofreciste un
cigarrillo. Lo acepté. Yo era una fumadora social que lo llaman. ¿Una fumadora
social? Si, aquellos que fuman poco y ocasionalmente, en fiestas, reuniones.
Hasta para eso era poco original. ¿Sería mi vida más interesante si fumara a
diario? No, lo que debería hacer sería fumarme un buen porro. Pensaba esta
clase de cosas mientras torcíamos por Tirso de Molina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Al rato te paraste en aquel bloque
antiguo de pisos donde habías vivido de alquiler hacía ya muchos años. ¿Cómo
podías haber vivido en tantos sitios? Cuando alguien como tú piensa en el
referente “mi casa”, ¿dónde lo sitúa? ¿En su casa actual, en la que habitó por
más tiempo, en la que fue más dichoso…? Yo había vivido en cuatro casas
diferentes a lo largo de mis treinta años, contando las de mi infancia ¿y tú?
¿Habrías perdido la cuenta? Si no la habías perdido tendrías que hacer un buen
ejercicio de memoria para acordarte en orden cronológico de todas y cada una de
ellas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Supongo que eran tus largos viajes
lo que más me impresionó de ti, o quizá más que eso, haber vivido en diferentes
países. O tal vez fuera lo exóticos que eran algunos de esos países. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">−<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Viajar es algo más que coger un avión, algo más que pasar unos días en
una ciudad y hacer fotos a sus monumentos. Viajar es una experiencia más
interior. Uno puede viajar realmente sin haber salido de las cuatro paredes de
su casa</i>. Decías este tipo de cosas, esas frases tan certeras que yo
recordaría años después sin esfuerzo al pensar en ti. La verdad es que para mí
siempre fuiste alguien especial, diferente. Intentabas ponerte el traje de persona
normal, pero no te quedaba bien. El tuyo era el de personaje de novela. O de
película. Siempre lo supe. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Nos despedimos en la boca del
metro. Ambas madrugábamos al día siguiente. Ahora tu trabajo era el mismo que
el mío, un trabajo vulgar que a ninguna nos gustaba. Ya no te codeabas con
famosos, ya no viajabas en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">business</i>. Eso
te quitaba algo de glamour, ciertamente. Aunque llegarían las vacaciones de
verano y yo me iría a Torremolinos mientras que tú te irías a Uzbekistán y al
volver me hablarías de la ruta de la seda y me regalarías esa cajita
nacarada.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Creo que era un joyero, pero
no sé si te llegué a decir que la usé para guardar condones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">También me contarías el romance con
el holandés aquel, o quizá fuera belga o alemán. Lo cierto es que esas
aventuras con hombres extranjeros también ayudaban a mitificar la imagen que yo
tenía de ti. Jamás presumiste por ello. Yo en cambio sólo había probado el
producto patrio. De hecho sólo me había acostado con Pedro, mi marido.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Después fue cuando te hiciste
famosa y te empezaron a rodear un montón de buitres. A veces pienso si no habré
sido yo uno de ellos, el peor de los buitres carroñeros. Sin embargo a ti la
fama no te cambió un ápice. Seguías igual, igual de diferente, de especial, de
humilde.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y luego te fuiste. Te fuiste para
todos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y ahora pienso en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>esos años y me resultan tan lejanos, tan
ajenos a mí. ¿Qué sería de mi vida si no te hubiera conocido? Supongo que seguiría
siendo invisible en aquella empresa, trabajando para que llegaran las
vacaciones, follando una vez por semana. Habría tenido algún hijo con Pedro. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero entonces tuve la idea.
Aproveché tus contactos y los conocimientos adquiridos en aquellos cursos a
distancia sobre escritura de guiones. Tú ya no estabas, así que pensé <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>¿qué más da? Vendí tu vida, nuestra amistad,
tus secretos más íntimos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Tras la película sobre tu biografía
me llovieron las ofertas y hoy en día soy una de las guionistas más cotizadas
de Hollywood. Escribo las películas con las que hace años sólo podía soñar. Me
alojo en los mejores hoteles del mundo, viajo a los destinos más paradisíacos.
Anoche me acosté con una mujer. Me gustó. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿Qué por qué te cuento esto ahora
que no estás? Supongo que te escribo para expiar mis culpas. Aunque no puede
haber peor castigo que el de la voz de mi conciencia, aquella que me repite que
haga lo que haga y esté donde esté siempre tendré una existencia prosaica. O simplemente
te escribo porque te echo de menos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Tu vida no te hizo feliz y a mí,
cuando me puse a hablar de ella me quitó la felicidad que ahora sé seguro que
tenía. La que me proporcionaba esa cómoda rutina. Es curioso, ¿no crees? <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-34676409852256417682017-12-22T19:02:00.000+01:002017-12-24T14:23:21.157+01:00S.O.Spor Marta<br />
<br />
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<!--EndFragment--><br />
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-family: "courier new"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: Arial;">La terrible sequía evaporó la última gota del mar.
Saúl pisó con su pie desnudo la orilla del inmenso océano que rodeaba la isla.
Su isla. Siguió caminando, ahora ya no había agua, sólo el barro agrietado que
antes era fondo del mar. Hacía tantos años que Saúl sobrevivió a aquel
naufragio que ya casi no lo recordaba. Avanzó sin saber hacia dónde, en aquel
desierto de arena parecía imposible orientarse. Pasaron los días y las noches.
Comía algas aún húmedas, restos de peces; los cadáveres de miles de criaturas
marinas salpicaban la inmensa llanura. Continuó caminando. Encontró pecios,
quién sabe si alguno no sería su propio buque; cofres con monedas de oro que no
le servían para nada. Lo dejó todo atrás. Anduvo en línea recta sin descanso.
Un atardecer, con el cielo incendiado en colores rojizos, divisó la orilla de
una playa, al fondo algunos árboles y lo que parecía una población. Frenó en
seco. Dudó si darse la vuelta, pero algo le impulsó hacia adelante con paso
firme. A escasos metros de allí, la deslucida y polvorienta botella albergaba
intacto el mensaje que él mismo había escrito.</span><span style="font-family: "courier new";"><o:p></o:p></span></div>
</div>
Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-58265106721581796332017-10-11T21:50:00.000+02:002018-10-12T23:14:29.111+02:00<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<b><span style="font-family: "courier new"; font-size: x-large; line-height: 115%;">ESCENAS
VERANIEGAS<o:p></o:p></span></b><br />
<b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b>
<br />
<div style="text-align: left;">
<b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 16.0pt; line-height: 115%;">por María</span></b></div>
</div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Escena
veraniega nº1</span></u></b><b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">: Interior
de un chiringuito de playa de la Manga del Mar Menor. El matrimonio
Carretilla- Gómez graba su vigésimo tercer verano juntos. ¡Acción!<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Amparo es la encargada de elegir la
paella, decantándose, como casi
siempre, por la de marisco. Es de ideas fijas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Según la toma va dejando las
cáscaras de los moluscos y crustáceos en el borde del plato, una tras otra
hasta formar un círculo que rodea la parte central del mismo. A su marido le
asqueaba esa costumbre. Cuando ella acaba el arroz su plato se le asemeja a una
corona de difuntos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Al terminar Amparo eructa
ostensiblemente, inundando el espacio de aire respirado por Augusto Carretilla
y profiere su ya consabido “<i>perdón,
majestad</i>”, tal y como ha venido haciendo en los últimos veinte años. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Si las circunstancias vitales no
hubiesen variado para el matrimonio Carretilla-Gómez, Augusto le hubiera
recriminado dicho gesto y ambos se habrían enzarzado en una discusión acerca de
los efluvios personales, como en tantas otras ocasiones. Sin embargo, como
digo, las circunstancias habían cambiado, por lo que Augusto no le reprocha
absolutamente nada. Se limita a levantarse despacio, y con una sonrisa
desconocida para su mujer dice: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="text-indent: -18pt;"><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- Me voy a
por tabaco</span></i></div>
<div class="MsoListParagraph" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Augusto Carretilla no fuma, pero
llevaba mucho tiempo deseando pronunciar aquella frase. Amparo nunca más le volvió
a ver. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Escena
veraniega nº2</span></u></b><b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">: Campamento
de verano “La Frontera” en el Parque Nacional de Ordesa (Huesca)</span></b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">.<b> Elena Álvarez graba las primeras
vacaciones separada de sus padres. ¡Acción!<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Elena se sienta en su toalla y
vuelve a sentir el nudo en el estómago, esa especie de náusea que la acompaña
desde el primer día de campamento. Las ganas de llorar también han sido
constantes durante los diez días que ya lleva allí. Primer campamento, primera
vez que se separa de sus padres durante tanto tiempo. Demasiadas primeras veces
juntas para los recién cumplidos once años de Elena. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Aquella mañana, después del
desayuno, una de las monitoras anunció que el grupo de las Ardillas, al que
pertenecía Elena, haría el vivac esa noche. Dormirían a la intemperie, el manto
de estrellas como único techo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">−<i>Si haces caca te tienes que limpiar con una piedra</i>- dice Virginia,
los ojos como platos de Elena. Virginia es una de las veteranas, es su tercer
año en las Ardillas. Sus palabras no se ponen en duda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Elena se acerca al bordillo de la
piscina, pero no osa meter el pie. Ella no puede bañarse casi ningún día. Si lo
hiciera podría morir por un corte de digestión, así que espera religiosamente
las dos horas que su familia le dijo que debían pasar desde la última vez que
comiera. El tiempo pasa lento mientras mira su reloj de pulsera. Se siente
diferente al resto de niños, le encantaría bañarse como ellos, pero no llega a
comprender por qué no respetan ese tiempo poniendo en juego sus vidas por un
chapuzón. Aunque todos sobreviven día tras día.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Esa noche, ya tumbada en su saco de
dormir respira hondo mientras las palabras que su padre le dijo por teléfono
aquella tarde resuenan en su interior: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">−<i>Elena, mamá y yo te queremos mucho. Tienes que ser fuerte, esta
experiencia te hará una mujer. </i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y como ella no pudo decirle que no
deseaba ser fuerte ni ser una mujer, que sólo quería volver a casa y estar con
ellos, que estaba cansada de caminar, de lavar su ropa en el rio, de sentirse
sola a pesar de estar rodeada de gente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">De repente la náusea vuelve de forma
mucho más violenta y Elena se levanta. Corre con la linterna en la mano hacia
el bosque sorteando los sacos de sus compañeros y en el primer árbol que
encuentra algo apartado se agacha y vomita.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pasados unos minutos se encuentra
más relajada, como si hubiera arrojado todos sus miedos. Pasea durante un rato
por el bosque y justo antes de regresar busca un sitio para hacer pis. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Y entonces sucede. Incrédula enfoca
sus bragas con la linterna una y otra vez, aunque ya no tiene ninguna duda, es
una gran mancha roja lo que hay en ellas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Las lágrimas que había retenido
durante tantos días empapan generosamente sus mejillas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Escena
veraniega nº 3:</span></u></b><b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Mireia y
Mercé, compañeras de colegio de la infancia, graban su encuentro inesperado en
el paseo marítimo de Platja d’Aro. ¡Acción! </span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Mercé sale a las 19:35 horas del
Hotel Planamar. La acompañan su hijo de once meses y un marido alto y guapo
objeto de muchas miradas. Se siente el centro del universo y contempla a los
turistas con cierta superioridad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Mireia sale a las 19:38 horas del
Hotel Aromar. La acompaña su cachorro de pinscher miniatura. Cuando Mireia se
gira y lo ve detrás de la extensión de su correa tiene la impresión de estar
paseando a un ratón. En ese momento piensa que su vida es un cúmulo de decisiones
mal tomadas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A las 19:40 h Mercé y Mireia se
topan de bruces en el paseo marítimo siendo inevitable saludarse. Mercé insiste
en sentarse a charlar tranquilamente en una heladería y Mireia no sabe cómo
declinar la invitación. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La conversación transcurre por el
cauce imaginado por Mireia. Mercé lleva la batuta y hace un recorrido por su
maravillosa vida mientras su marido asiente y sonríe sin abrir la boca. <i>Un marido de cartón piedra</i>, piensa
Mireia. Cuando le toca el turno a Mireia se siente juzgada. Esa comparación de
ambas vidas la hace sentirse más pequeñita que su pinscher miniatura. No tiene
pareja ni trabajo fijo y eso provoca las palabras compasivas de Mercé que casi
la hacen vomitar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-¿Y
cómo se llama vuestro niño?</span></i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- pregunta Mireia para cambiar de tema. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-<i>Lucas</i>- contesta el padre de la criatura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-<i>Lucas, un nombre precioso</i>- susurra Mireia algo turbada pues su
pinscher miniatura también se llama así. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lucas, como mi perro, hubiera
querido decir aunque un pudor intrínseco a ella la hizo frenarse muy a su
pesar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Acto seguido irrumpe la voz hiriente
de Mercé:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-<i>¿Y tu chiquitín cómo se llama?</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-<i>Zar</i>-, responde Mireia, acordándose de aquel perro que siempre
andaba suelto por el pueblo de su abuela.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Mireia ha terminado hace rato su
leche merengada y no sabe cómo despedirse sin resultar grosera. Ni siquiera el
odio que siente en ese momento hacia Mercé la permite renunciar a las reglas de
la buena educación. Así que continúan el repaso de las vidas de todas las compañeras
de promoción mientras el perro de Mireia da saltitos y pequeños ladridos cada
vez que Mercé nombra a su hijo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Cuando Mercé empieza a hablar sobre
un adosado en forma de segunda vivienda que están a punto de adquirir, Mireia
piensa que ya ha tenido suficiente. Le encantaría coger la copa de banana Split
que está apurando el marido de Mercé y estampársela
en la cara. Sin embargo se conforma con levantarse bruscamente y decir: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-<i>Disculpad pero creo que la leche merengada no me ha sentado bien.
Además Lucas tiene ganas de hacer caca. Me alegro de veros</i>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Mireia se aleja. Es la primera vez
en su vida que se va de un sitio sin pagar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><u><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Escena
veraniega nº 4:</span></u></b><b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Interior
de un bar de carretera cercano a Borja (Zaragoza). Un matrimonio y su hijo graban
el viaje de vuelta de sus vacaciones. ¡Acción!<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Son las cuatro y media de la tarde
y el calor es asfixiante en la carretera que une Zaragoza con Soria. Una familia
de tres integrantes detiene su coche en uno de esos bares cualquiera que
pueblan las carreteras del país. Quieren merendar antes de proseguir su viaje.
Piden un par de cafés y unos bollos. La madre lleva una bolsa con la merienda
del niño de unos cuatro años.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El bar está vacío a excepción de
una mesa donde cuatro hombres echan la partida. El camarero sale muy a menudo
de detrás de la barra y, de pie, al lado de la mesa de los parroquianos,
observa sus cartas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-<i>Parece que el tiempo no ha pasado
por este sitio-</i> dice el padre de familia. <i>Este bar es exacto a los de hace
treinta años, ¿no crees? Si hubiéramos venido aquí siendo niños estaría todo
igual decorado. Podrías escribir algo sobre ello</i>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La tele encendida, aunque nadie la
mira. Los taburetes altos de madera detrás de la barra, los calendarios de
publicidad colgados en la pared, la vitrina de cristal con la tortilla de
patata y los boquerones, las magdalenas en bolsitas de plástico individual. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-<i>Si, es verdad, lo único que no
hubiera habido es ese cartel colgado que dice “No hay wifi”</i>- contesta ella. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Al cabo de un rato los hombres de
la partida elevan sus voces con el característico acento maño:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-<i>Ahhh, eso yo lo sé, porque he cantao el veinte, lleva tres triunfos, yo
dos. <o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-
Ay la puta, te quejarás, en seis partidas una boda real y no sé cuántas veintes
has cantao. <o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El matrimonio se mira cómplice.
Ella dice que cree que están jugando a la brisca o al guiñote. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Después entra una mujer de unos
sesenta años y pide una infusión. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La partida continua y los gritos
cada vez son mayores al igual que las palabras malsonantes.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- <i>Caguenlaputa ahí van dos dedos sabes...<o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-
Veintidós, veintidós buenas, los dos patitos.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-¡Meca!
Lahostiaputa con esas cartas.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-
¡Ay LaVirgen!, no me jodas.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La madre de familia mira a su
marido y le dice que por primera vez se alegra de que su hijo le haya cogido el
móvil y esté absorto en él sin oír nada de su alrededor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La mujer de la infusión se acerca
al camarero y mantienen una conversación casi en susurros. Después del último
sorbo se dispone a pagar y el camarero rechaza cobrarla. Al salir del bar se
para en la puerta para decir: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-<i>Le das recuerdos a laAsun</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El padre de familia insiste a su
mujer en que podría escribir algún relato basándose en ese bar. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">-¿No
estabas buscando inspiración para tu cuarta escena veraniega?</span></i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> <i>La señora que acaba de salir podría ser, por
ejemplo, la Sra. Margarita. Viene todos los días a tomar su manzanilla de las
cinco de la tarde</i>- le propone emocionado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- <i>Así será</i>- contesta ella tomando un par de fotos con el móvil y
copiando en la aplicación de notas algo de lo que dicen los jugadores de
cartas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lo que nunca llegará a saber dicho
matrimonio es que Margarita se llamaba efectivamente Margarita y que aquella
calurosa tarde del 29 de julio de 2017 mantuvo una conversación con el camarero
que cambiaría el resto de su vida. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpPxS-gvNKrSvU0Q1GQ00BqgzLHLVvHllqrQ31ajq5Zy-2sCwT61qiMhcE0LZ462pR8HL7yEsyV27xw1hxLEHZP5M2zUAq3zGnRoc4A7ZZkVMJGL7dSMUNJpsUoq2rOgUr5VWo5_p5c7Gp/s1600/IMG_3828.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpPxS-gvNKrSvU0Q1GQ00BqgzLHLVvHllqrQ31ajq5Zy-2sCwT61qiMhcE0LZ462pR8HL7yEsyV27xw1hxLEHZP5M2zUAq3zGnRoc4A7ZZkVMJGL7dSMUNJpsUoq2rOgUr5VWo5_p5c7Gp/s320/IMG_3828.JPG" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></i></b><i><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></i><b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><o:p></o:p></span></b></div>
Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-92060654797117193852017-04-03T22:22:00.000+02:002017-04-03T22:22:58.215+02:00CULLERA 12:38
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">por María y Marta</span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En el
preciso instante en el que Marita Colmenar salió del agua el recién jubilado
del bañador azul clavó el “aplicador” en la arena. El nombre de “aplicador” lo
había puesto su mujer, que era de letras puras, y que se le daba muy bien poner
nombres. Dicho artilugio de plástico, que supuestamente permitía clavar la
sombrilla con mayor facilidad, había sido un boom de ventas entre la tercera
edad. Él llevaba aplicando su sombrilla en la arena de Cullera desde el año
noventa y nueve en el que compraron el apartamento, pero ésta era la primera
vez que lo hacía estando jubilado. Era un cambio importante, sin embargo, él no
notó ninguna diferencia.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Cuando
Marita Colmenar surgió del agua la joven del bikini rosa flúor cambió la
canción de su ipod. De “Stand by me” a “La Gozadera”. Un cambio radical, pero
ella ni se inmutó. El movimiento rítmico de su pie derecho siguió siendo el
mismo. En el tobillo llevaba un tribal tatuado. De todas las intervenciones por
las que había pasado su cuerpo, ésa había sido, sin duda, la más dolorosa. Si
cerraba los ojos, todavía podía sentir la maldita aguja pinchando en el hueso. El
rosa, por cierto, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ya no era tan flúor
como el verano pasado.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La salida
de Marita Colmenar coincidió con el momento en el que la mujer que caminaba por
la orilla veía un testículo al hombre de la sombrilla de Cruzcampo. Lo vio de
pasada, de refilón, mientras caminaba hacia su toalla. Un testículo rebelde que
se escapaba de la redecilla del bañador. Lo cierto es que desde que se quedó
viuda no había vuelto a ver ninguno. Pero no sintió nada, ni el más mínimo
rubor ni cierto asco. Nada. Siguió caminando a paso ligero, su peso pluma
apenas dejaba una tenue huella en la orilla. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">En el justo
segundo en que la silueta de Marita Colmenar abandonaba el mar, la chica hippie
de la cinta morada en el pelo buscaba distraídamente un mechero en su bolsa del
Banco Santander. La bolsa, la esterilla y la silla reclinable las había
heredado de sus tíos, fallecidos sin otra descendencia, junto con la propiedad
del pequeño pisito en cuarta línea de playa en el que se había instalado sin
fecha de salida. Se sentía pletórica, por fin aquellos dos deshechos por los
que nunca sintió ningún cariño se habían ido al hoyo. Lo que nunca sabría, ella
ni nadie, es que aquellos no tan inocentes ancianos podrían haberla hecho
multimillonaria de haber recibido mejores atenciones por su parte. Las cuentas
de cifras mareantes diseminadas en diversos paraísos fiscales se perderían para
siempre, como su mirada aquella mañana en el azul del océano.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Al mismo
tiempo en que Marita Colmenar emergió de las aguas del Mediterráneo las dos
niñas del balón hinchable de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nivea</i> se
reían nerviosas. Llevaban un buen rato observando disimuladamente los pezones
erguidos de las dos alemanas que hacían<i style="mso-bidi-font-style: normal;">
top less </i>dos toallas más a la derecha. Las germanas, oriundas de Stuttgart,
ya habían mudado la piel, del blanco lechoso al coral en sólo dos días de
playa.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El grupo de
adolescentes no estaban mirando hacia el mar en el instante en el que Marita
Colmenar surgió de entre las olas. Los adolescentes no solían nunca mirar el
mar. Bajaban sin sombrilla, con gafas de sol y gorra. Jugaban a las cartas y a
veces al fútbol. Pero se cansaban rápido, se cansaban de todo rápido. Se
sentían incomprendidos, maltratados por sus padres, por sus profesores y por la
sociedad. Y a nadie parecía importarle. Ellos habían venido al mundo para
soñar, para hacer algo grande, para ser reconocidos. Pero, incluso todo eso
podía esperar, ellos habían venido ese verano al Levante español para follar. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Yo fui una
de las pocas personas que vieron salir a Marita Colmenar del agua. Fui de las
pocas personas que vi como el mar la devolvía, ya sin vida. Hacía un rato
también la había visto meterse, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>feliz y
decidida. Me había fijado en ella porque sonreía diferente, estaba relajada, en
paz. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y la verdad es que a mí me dio
envidia. Yo estaba pensando en mi desgracia, en mi divo<a href="https://www.blogger.com/null" name="_GoBack"></a>rcio,
en las pocas ganas que tenía de vivir. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Courier New"; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><o:p> </o:p></span></div>
Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-75293643673994397882017-01-01T22:35:00.000+01:002017-01-01T22:55:15.091+01:00Microrrelatos Espejos<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Para terminar el año, como es habitual, Cabezas de Ajo participa en el concurso de microrrelatos que celebra nuestro colectivo literario Renglones de ficción. Este año la temática era: los espejos. Aquí os dejamos nuestros dos micros. ¡Feliz año, lectores!</span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">ATRAPADOS </span></b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> por María<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">"Dicen
que en los espejos se quedan atrapados los recuerdos de las personas que los
usaron"<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hace meses
que Julia no sale a la calle. Su vida transcurre de la cama al sillón y
viceversa. Su conversación se reduce a monosílabos que, de un tiempo a esta
parte, empiezan a escasear. Marta enciende la televisión casi todo el día “para
que le haga compañía”, aunque la expresión inmutable del rostro de Julia no
opina lo mismo. Julia no recuerda su nombre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sin
embargo, los lunes por la mañana sucede algo mágico. Es la hora en que Marta
lleva a Julia frente al espejo del salón y se ocupa de peinar y masajear su
cabeza, de cortar su cabello cuando lo estima oportuno, de mimarla. Y entonces
Julia abre mucho los ojos, sonríe, las aletas de su nariz se mueven como si
tuviera otra vez delante, como cada domingo de antaño, sus alabados callos con
garbanzos. Una cascada continua de gestos inundan su semblante para terminar
con un “te quiero”, que pronuncia coqueta con sus labios recién pintados. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">23:59</span></b><span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> por Marta<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Quedaban
menos de cinco minutos para la medianoche. La luna llena iluminaba Madrid. Luis
cerró la puerta del piso; echó la llave y los dos candados. Los nervios seguían
apoderándose de él. Intentó tranquilizarse. Bajó las persianas y comprobó de nuevo
la llave. Estaba solo en casa, lo de siempre, no hay problema. 23:59. El cuerpo
de Luis se tensó, llamaron al timbre. ̶ ¡Váyase! ̶ soltó abruptamente. Miró por
la mirilla: de nuevo aquel joven estudiante que se sacaba unas pelas haciendo
encuestas. No se iba. Luis abrió la puerta y le dejó pasar deslizando
silenciosamente el candado a su espalda. ̶ Discúlpame que vaya al baño, ahora
mismo estoy contigo ̶ dijo Luis amablemente. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Apoyó las
manos en el lavabo y sus ojos angustiados miraron al espejo. Estaba a punto de
ocurrir. Sus orejas adquirieron movimiento repentino y, como por arte de magia,
los poros de su piel se empezaron a abrir para dar paso a un vello oscuro que cubrió
sus pómulos. Después su frente, su cuello. La angustia desapareció y su estómago
se relajó. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "courier new"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sonrió al
espejo dejando ver sus afilados y blancos colmillos. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-62748220611703022842016-11-06T00:06:00.001+01:002022-06-26T20:14:37.753+02:00Pelucas "La Rocha"
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">por Marta</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">Los
coches de policía no tardaron en llegar. Las luces en sus techos hacían sombras
en las paredes de la estrecha calle y las sirenas se alzaban por encima del
tumulto de los transeúntes. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La bocacalle
León, en pleno centro de Madrid, a unos pasos de la Puerta del Sol, vivía aquel
gélido seis de noviembre el suceso por el cual pasaría a la historia.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">Fue
la señora Carmen la que alertó con una llamada al 112. Había pasado delante de
ese escaparate todos los días desde que llegó a la capital. “Pelucas La Rocha” decía
el letrero de aquel curioso establecimiento.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">Ella
siempre había contemplado aquel escaparate como el que tiene delante una
pantalla con grandes estrellas de cine. Ver aquellas cabezas de maniquí con
esas cabelleras tan envidiables, esas mujeres tan guapas, esas cejas tan
perfiladas…el pelo que ella nunca tuvo. El glamour que siempre deseó.
Cariñosamente las apodaba “mis chicas” y en su imaginación las había bautizado
con nombres tan modernos para ella como Cindy, Amanda o Bárbara.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">La
señora Carmen se detuvo temprano aquella fría mañana ante la gran luna y aprovechó
para ponerse los guantes de lana. Había helado. Mientras echaba la habitual
mirada de reconocimiento a “sus chicas” percibió que algo no estaba en su
lugar. Quizás el orden o la disposición de aquellas cabezas con cabellos
sedosos. Quizás sus miradas, que hoy se perdían en el infinito. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">Un
escalofrío recorrió su cuerpo. Entre “las chicas” había una nueva; la del fondo
a la derecha, al lado de la pelirroja. Una nueva cabeza nada glamourosa, con la
mirada apuntando al cielo. El pelo revuelto. La cabeza de la mujer que durante
más de veinte años había estado detrás del mostrador. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">Por
su cuello, de manera cadenciosa, resbalaban las gotas de sangre espesa.<o:p></o:p></span></div>
Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2497487528744938282.post-63865225945980510602016-08-22T20:03:00.000+02:002016-08-22T20:03:48.204+02:00Propiedad de Marciano y Blandina
<br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: right;">
<span style="font-family: "Courier New";">Por Marta<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";"></span> </div>
<div class="MsoNormal" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">Mariña era una aldea de Palencia. Tranquila,
siempre soleada. Nació hace cientos de años en una enorme explanada castellana.
Tierra de cultivos de secano sin apenas sombras en las que cobijarse. El pueblo
de Mariña dejó de existir ayer, quince de agosto a las tres en punto de la
tarde, cuando el sol estaba en lo alto y cuando, Marciano, su último habitante,
expiró su último soplo de vida.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">El pueblo, ahora desierto, tiene apenas dos
calles. Dos calles paralelas que desembocan en la plaza del pueblo. En ésta hay
una iglesia minúscula y a su vera un cementerio grande que ocupa casi la misma
extensión que la aldea. Los habitantes de Mariña han ido pasando, uno a uno, de
dormir en sus casas a descansar en sus tumbas a unos pocos metros de distancia.
Excepto una todas las casas están cerradas, algunas ya medio derruidas.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">Nunca fue una aldea importante pero hubo épocas
de esplendor en la que los habitantes de Mariña celebraban su día grande el
quince de agosto. Y los agricultores después de la cosecha se perfumaban y se
ponían una camisa blanca y limpia para bailar en la plaza del pueblo. Las
muchachas sonreían más de lo habitual y se peinaban como si ese día no fueran a
lucirse para la gente de siempre. Los niños correteaban hasta tarde. Y en las
dos calles paralelas ondeaban banderines de colores de esos que acaban descoloridos
y rotos con los años. Y que llegan así de rotos hasta el día de ayer en el que
el pueblo desaparece. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Courier New";">Marciano ya ha dicho su última palabra. En
realidad no la ha pronunciado porque no había, en toda esa vasta extensión de
tierra, oídos que la escucharan. Pensaba morir tranquilo pero su último
pensamiento fue una zozobra que le había acompañado los últimos días. Casi como
un escalofrío. Hay un hueco para él en el panteón que compró junto a su mujer.
En el mármol puede leerse “Propiedad de Marciano y Blandina” y ésta última
lleva ya más de treinta años esperándolo. Pero, una pregunta flota en el aire
caliente de ese medio día castellano, ¿quién enterrará su cuerpo en el
cementerio de Mariña?<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="-ms-text-justify: inter-ideograph; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span style="mso-spacerun: yes;"><span style="font-family: Calibri;"> </span></span></div>
Cabezas de Ajohttp://www.blogger.com/profile/04508517013074653569noreply@blogger.com