por Marta
“Que aquí, tú ya lo ves,
es Albanta al revés.”
L.E. Aute
El azar podía haber hecho que las cosas sucedieran de cualquier manera pero sucedieron así. Con la reprogramación genética y los nuevos avances tecnológicos nadie pareció dar importancia al primer bebé humano nacido con pantalla frontal. Cuando ya hubo toda una generación empezaron las primeras consecuencias. La pantalla en la frente de LCD y 16 megapíxeles mostraba los pensamientos de su dueño. Arial 12: Letras blancas sobre fondo negro. La humanidad tuvo que adaptarse a los cambios, primero eran niños pero luego chavales y después padres de otros niños que también heredaron la pantalla frontal. “Me gustas” podía leer la joven en la frente de su tímido compañero de clase. “Me das asco” leyó el marido en su mujer antes de que ésta lo tapase con su flequillo. Los matrimonios apenas duraban, sólo desenfreno y romances puntuales. Nadie soporta leer según qué cosas. Desaparecieron los asesinos, las guerras, los robos, la corrupción. Todo estaba escrito en la frente. La mala gente era encarcelada sólo con echar un vistazo a sus proyectos. La hipocresía y la falsedad quedaron desterradas. Las personas se esforzaron en cambiar su forma de pensar si de verdad querían tener éxito entre sus semejantes; era la única manera. La empatía se puso de moda. Desaparecieron muchas profesiones, en realidad, del mundo anterior no quedó casi nada. Tuvimos suerte los escritores, los pintores y los músicos. Somos los únicos que a partir de unos simples pensamientos hacemos magia.