por Marta
El fondo no es tan negro como dicen, más bien es gris oscuro. Si llevas meses o incluso años viviendo en él eres capaz de tocar su superficie y percibir los matices. Ya no es tan desconocido como al principio, ahora que estás habituado a él te parece que incluso dentro del gris hay otras tonalidades. Pero no. En realidad dentro del gris no está el verde brillante de la hierba, el amarillo intenso del sol, ni el azul limpio del cielo. Y a tí siempre te han gustado los colores.
Se trata de alinear los huesos metatarsianos, tensar los músculos, coger el impulso necesario para elevar el calcáneo, luego las puntas y abandonar el fondo para siempre.