Efectos colaterales de la frustración que puede provocar tener que conformarse con una sola vida:
- Emborracharse, drogarse y vivir la vida al límite.
- Hacer puenting, rafting,bungee jumping o cualquier otra cosa que termine en -ing.
- Dar la vuelta al mundo (esto sólo para ricos)
- Creer en la reencarnación.
- Crear un blog que permita ser protagonistas de muchas otras vidas.
Cabezas de Ajo optó hace años por esta última opción. Lo cual no tiene por qué excluir alguna de las anteriores.



jueves, 9 de mayo de 2024

Cosas que pasan

 

Por Marta

No sé cuánto tiempo va a pasar hasta que alguien lea esto. Tampoco sé muy bien para quién o para qué lo escribo. Quizás lo escriba solo porque uno escribe cuando no se puede hacer nada, cuando todo está perdido. Esa es la impresión que tengo desde hace unos días, los peores de mi vida. No lo sé, el tiempo lo dirá. Quizás se trate solo de adaptarme, de dejar que las cosas fluyan. Todo comenzó hace un par de semanas, el lunes ocho de abril de 2024. A las siete de la mañana. Fue en ese momento exacto en el que comenzó esta pesadilla. La noche anterior había puesto la alarma del móvil para ir a la universidad, como siempre. Entonces no sonó la alarma, sonó la radio. En concreto el radio-reloj-despertador de la mesilla. Ese con los números gigantes rojos que yo no había usado jamás en su función de despertador. De hecho, no supe apagarlo. Aporreé todos los botones y, desesperado, arranqué el enchufe de la pared. Palpé la mesilla para coger el móvil y no encontré nada. Salí del letargo encendiendo bruscamente la luz de la habitación. Cegado por la luz vi como pude que, en efecto, el móvil no estaba en la mesilla. Tampoco en el suelo, ni en la cama, ni debajo de ella…por ningún lado. Salí de mi habitación y le pregunté a mi hermano que si había visto el móvil. A mi madre. A mi padre. La respuesta de todos fue la misma: ¿Qué móvil? Yo pensaba que me estaban vacilando, pero no se trataba de eso, es que literalmente no sabían de que les estaba hablando. Empecé a ponerme nervioso, mis padres estaban también cada vez más alterados. ¿Qué es un móvil? Me decían constantemente. Y yo…yo simplemente no sabía cómo explicarme, qué hacer. Un “puto-teléfono-móvil”. No sabían de qué les estaba hablando. Pasado un tiempo prudencial me di cuenta de que mi familia no me estaba engañando ni fingiendo. Hasta mi perro me miraba con ojos desconcertados. Salí de mi casa en pijama al portal, desesperado. Vi al portero y le pregunté si me podía dejar su móvil. Misma respuesta. Salí a la calle en pijama y pantuflas. ¿Qué es un móvil?, me decían los transeúntes. Volví a casa y encendí el ordenador. Busqué “teléfono móvil”. Las imágenes de respuesta me horrorizaron, eran teléfonos de sobremesa con asas o con ruedas a modo de chiste. Fue ahí, justo ahí. En ese preciso momento fue cuando supe que estaba solo en el mundo. Me eché a llorar desconsoladamente. Mi madre a mi lado lloraba también, ¿hijo, qué te ocurre? ¿qué te está pasando? Los días siguientes me negaba ante la evidencia, busqué resquicios, complicidad en alguien. Nadie, absolutamente nadie sabía de lo que hablaba. La gente va por las calles conversando, en el metro van leyendo o mirando al infinito, los chavales en los bancos comen pipas. Sé que lo que he vivido toda mi vida no es fruto de mi imaginación. El primer móvil que tuve tenía un juego con una serpiente que se hacía cada vez más larga y el último tenía… tenía todo. Dice mi psiquiatra que probablemente ese artilugio no sea necesario porque en cada lugar ya hay un teléfono y es muy raro que justo necesites hablar con una persona cuando va de camino de un sitio a otro… Hasta ayer pensaba que nunca podrían callarme. Que si hacía falta estudiaría ingeniería para volver a inventar un maldito teléfono móvil. Hasta ayer. Hoy me he levantado y he desayunado viendo a mi padre leer el periódico como todos los domingos. Después de vestirme me he acercado a la puerta de la calle con la correa en la mano y he hecho el silbido clásico para llamar a Toby. Pero Toby no ha venido. —Mamáaa, ¿dónde está el perro?

—¿Qué es un perro?